30 jul 2009

Borges, el Patrioterismo y la Selección.

Jorge Luis Borges nunca fue fanático de futbol. Es más, lo detestaba. Jamás, ni siquiera en medio de la vorágine que significó el Campeonato de 1978, entendió el que mucha más gente prefiriera patear una pelota a jugar al ajedrez. El papel de la selección gaucha lo tuvo siempre sin cuidado. Dentro de la inmensa biblioteca de su memoria donde lo mismo cupieron sagas escandinavas que mundos paralelos, el deporte argentino por antonomasia debe haber ocupado, si acaso, un par de hojas borrosas. En sus cuentos más argentinos habla de la pampa y del lunfardo, de los gauchos y los antiguos diques de Puerto Madero. Al futbol, sin embargo, no le dedica una sola línea. Más no por ello hay quien dude de su argentinidad. Para el país que lo vio nacer y para el resto del mundo Borges es tan argentino como el Tango y Eva Perón. Tan argentino como Sábato, Bioy Casares, Cortázar y pasando a otro campo, Diego Armando Maradona.

Si Jorge Luis Borges estuviera vivo y fuera mexicano, ¿pondríamos en duda su mexicanismo sólo porque no diera un clavo por la selección nacional? Seguramente no. Como no lo hicimos en el pasado con antifutboleros del tamaño de Diego Rivera, Siqueiros y Octavio Paz, ni en el presente con dos de los intelectuales más importantes de nuestro país: Fuentes y Monsiváis. Ninguno de ellos le ha dedicado a la Selección Nacional, a la de ahora y la que sea, un espacio que vaya más allá de la sobremesa. Ninguno ha recibido jamás una crítica al respecto. Y no tendrían porqué, ni ellos ni cualquier otra persona así sea escritor, comentarista deportivo, taxista o mesero. Porque apoyar a la selección nacional o no apoyarla, alegrarte de que gane o ponerte feliz porque pierde, no tiene nada que ver con ser un buen mexicano, entendiendo por eso de ser "buen mexicano" no la borregada de “ponerte la verde” o el folclor estúpido que consiste en escuchar mariachis y tomar tequila hasta reventar. Tampoco el darle un valor supremo a características que cualquier sociedad debe tener: “somos chambeadores, ingeniosos y ah, cómo nos gusta disfrutar a la familia”.

Ser buen mexicano comienza por ser un buen ciudadano, punto. Y va desde manejar sobrio, no porque existan alcoholímetros sino porque hacerlo en estado de ebriedad pone en peligro la vida de la gente que te rodea, hasta hacer fila donde se debe hacerla, no sobornar al policía de tránsito y pagar tus impuestos. Yo no cumplo cabalmente con los últimos dos. Ergo, no puedo presumir que soy un buen mexicano. Pero es por eso, que quede claro, y no por mi filiación hacia un equipo que más allá de todo sentimentalismo lo único que hace es enriquecer a las televisoras y distraernos como nada de cualquier tema realmente importante.

Me apasiono al ver a la Selección ganar. Me emociono cuando sale a jugar el primer partido de cada Copa del Mundo. Es más, en el Mundial pasado seguí todos sus partidos desde el lado más difícil: en las capitales de todos los países contra los que le tocó jugar (Teherán, Luanda y Lisboa). Pero si algún día me alegrara por verla perder, si en algún momento llegara a desear con todas mis fuerzas que no vaya al Mundial y que caiga con Bermuda, Kurdistán y Nepal eso no me haría ni más ni menos aficionado al futbol, ni más ni menos mexicano.

"Por la Banda" (Extracto)

POR: ARIEL SOTO

Raúl Nazareno odiaba al entrenador de Tigres. De hecho, odiaba a toda la institución.
La Comisión de Arbitraje le había iniciado una investigación a partir del escándalo de la fecha seis. En palabras del técnico de Tigres:

- “Lo vi recibir dinero.”

Era mentira. Nunca había aceptado dinero de nadie, pero en lo que la investigación se llevaba a cabo dejó de pitar. Y así pasaron las semanas, cada una de veinticinco mil pesos. Multiplicado por doce jornadas perdidas sumaban dinero suficiente para que su hija hubiera tenido la atención médica adecuada y no esa deficiencia que había costado tantas lágrimas en su familia.
Aunque desde hacía años ya no quería a su esposa, para él fue a raíz de aquel escándalo de la jornada seis que todo se había venido abajo con ella: el divorcio, entregar la mitad de su sueldo, perder la casa que construyó durante años, su nueva vida en ese departamentito triste al que su hija no quería ir de visita. El desprecio al oír la voz de la pequeña:

- “Dice mamá que por tu culpa voy a cojear toda mi vida.”

Luego la actitud de arrastrado ante sus superiores de la Comisión Arbitral, soportar que le “regalaran” la oportunidad de pitar de nuevo después de verlo llorar de impotencia.

- “Cálmate Raúl, ten dignidad.”

Esa se la habían quitado. Por la calentura de un comentario, por el respaldo de la directiva de Tigres al comentario de un loco.
Por eso en el juego de ida de la semifinal entre Tigres y Atlas, no dudó en señalar cualquier cosa pitable en contra del los norteños. Foul uno, foul dos, tres, doce, amarilla a Ortega “el arquitecto”, tiro libre, mano dentro del área. Y aún así, los imbéciles del Atlas tenían que fallar el penal al minuto treinta. Le costó no mostrar su coraje. “Ayúdenme a ayudarlos.”
Pero había más tiempo. Foul quince, amarilla, tiro libre, falla Atlas, contragolpe, goool de Tigres, que fue anulado por uno de esos jalones de camiseta que a veces no ven los árbitros, y al fin lo que esperaba: delantero que reclama. De esas reclamaciones que a veces no le importan a los árbitros. Pero esta vez sí. Expulsado. Luego otra amarilla más y Atlas que ni así podía. Y sobre el final del juego segunda amarilla para Ortega, el cerebro de Tigres. Porque esas cosas no se le dicen a un padre.

- “Tu hija es una lisiada.”

Después de leer el reporte, la comisión suspendería a Ortega seis juegos por sus palabras, que por cierto nunca dijo, un juego al otro defensa, y dos juegos al técnico loco de Tigres por el puñetazo que todos vieron en TV.
Las estadísticas dirían que Raúl Nazareno terminó el juego de ida con un empate, un gol anulado, tres tigres expulsados, un diente despostillado y una extraña hinchazón en el pecho.
En el segundo juego de esa semifinal las estadísticas mejoraron cuando un defensa de Atlas metió un gol en un rebote con la rodilla. Tigres no podía construir jugadas, no sin Ortega. Nazareno seguía jugando a pesar de estar a ochocientos kilómetros de distancia. Sentía ese airecito entrar por la rotura de su diente al sonreír, y esa creciente hinchazón en el pecho. Al pitar su colega la eliminación de Tigres, Raúl Nazareno entendió que eso en su pecho era la dignidad reocupando su sitio.

28 jul 2009

Hungría, Campeón en 1954.

El siguiente es un extracto de un artículo de la "Revista de Revistas" de Excélsior, en su número de noviembre de 1988 dedicado a las capitales del entonces bloque socialista europeo.


Puskas, campeón del mundo en 1954 y 1958.

El mundo está lleno de monumentos dedicados al futbol. Los hay majestuosos, chicos, anónimos y horrorosos, desperdigados todos ellos entre cementerios, plazas públicas y explanadas de estadios. He visto muchos. En Kiev, por poner sólo un ejemplo, hay dos: el que homenajea a los jugadores del Dínamo que fueron ejecutados por los Nazis en 1942, y el que se erigió en memoria del más grande de todos los arqueros: Lev Yashin. Estar frente a ellos resulta conmovedor. Pero en mi opinión el monumento de futbol más bello es el “Sikra Száll” de Budapest, mismo que celebra el Campeonato obtenido por el equipo húngaro en el Mundial de Suiza en 1954. Si usted nunca lo ha visto ni siquiera en una tarjeta postal, permítame intentar describirle su historia y arquitectura en unas cuantas líneas:

No habían pasado ni tres semanas de que la selección comandada por Puskas volvió de Suiza cuando el Secretario General del Partido Comunista de Hungría, Matías Rakósy, organizó un concurso entre los arquitectos más prestigiados del país para diseñar un monumento que celebrara lo que él calificó como “una victoria histórica del pueblo húngaro y toda la clase obrera mundial”. El jurado, compuesto por académicos de todo el bloque socialista, vio desfilar más de 50 proyectos sin que ninguno lograra llenarle el ojo hasta que después de 5 meses tocó el turno al joven arquitecto Alfréd Hajós. Su propuesta cautivó hasta al juez más exigente y ganó el concurso por unanimidad.

Una vez aprobado el proyecto se conformó una asamblea ciudadana encargada de escoger el mejor sitio para erigirlo. Encabezados por Lázló Somogy, el gran director de la Filarmónica Nacional, la asamblea eligió el margen occidental del Danubio, sobre la avenida Bem Rakpart, cerca del Puente de Cadena y casi frente al exquisito edificio del Parlamento. El Partido Comunista estuvo de acuerdo.

Pero por ningún motivo piense usted que el monumento tiene algo que ver con esos adefesios cuadrados y grises producto del orden socialista. Se trata de algo más simple pero no por ello menos poderoso. Si usted lo visita pensará que se encuentra en una plaza cuya superficie, no mayor a unos 70 metros cuadrados, está cubierta con pasto. Y no es cualquier pasto, qué va, pues proviene de la cancha del Estadio Wankdorf, misma donde se jugó la final de 1954. En el extremo norte y sur hay un par de porterías de madera, ambas traídas desde el campo de entrenamiento donde la selección húngara se preparó de cara a dicho Mundial. En el centro del césped se abre un hueco de dos metros cuadrados y uno de profundidad cubierto por una plancha de vidrio contra balas. Y es ahí, precisamente, donde se encuentra el corazón del monumento.

¿Qué hay ahí? Se preguntará usted. ¿Acaso los restos del entrenador de la “selección dorada” Gusztáv Sebes? ¿o las cenizas de algunos de sus jugadores como Lajos Tichy, Ferenc Bene, Flórián Albert? No. Lo que hay ahí, querido lector, es una caja llena de zapatos de futbol de fabricación alemana. Hoy en día, cuando estamos a un par de años de entrar a la década de los 90, unos zapatos como esos no sorprenden a nadie. Pero hace 34 años cuando los jugadores usaban zapatos con suelas sin “tachones”, eran una innovación que representaba una ventaja para cualquier equipo que los usara. Eso lo sabía muy bien su creador, Adi Dassler, y también la policía secreta de Hungría, la AHV. Así fue como dos agentes, haciéndose pasar por empleados del servicio postal alemán, lograron interceptar la caja que de otra forma habría llegado a Berna un día antes de la final.

El resto de la historia usted ya lo sabe. Hungría derrotó a Alemania 5-0 bajo una lluvia torrencial consiguiendo el primero de sus 3 campeonatos mundiales (los otros dos, por si lo ha olvidado, fueron en 1958 y 1966).

Gabriel Liceaga
Enviado especial


Vista panorámica del Sikra Száll.

26 jul 2009

5-0. Casi a mano.



La vez que en la embajada te trataron con las patas cuando fuiste a tramitar la visa. Los springbreakers que cada año se mean en las glorietas de Cancún. Los universitarios que frente a un mapamundi no son capaces de identificar dónde está México (ni Estados Unidos, por supuesto). La azafata de American Airlines que te negó una pinche Coca. Los patrones que tratan a nuestros paisanos con la punta del pie. El inspector de inmigración que analiza tu pasaporte como su fueras un terrorista. La forma en que llaman a su país con el nombre de todo el continente. El muro fronterizo.

Estas son sólo algunas de las razones por las cuales sabe tan bien ganarle a Estados Unidos. No sucede muy seguido y menos con una goleada tan escandalosa (la más abultada en los México-EUA de los últimos 40 años). Vaya, hasta parece que quedan con saldo a favor.

O pensándolo bien no. Ahí están la guerra de 1846, el papel del embajador Henry Lane Wilson en la “Decena Trágica”, la invención de "American Idol".

Pero viene el partido del 12 de Agosto, y si se les gana como en la final de la Copa de Oro tal vez nos ponemos a mano.

Ya vimos que no son invencibles. Y que el equipo mexicano tiene más fuerza que muchos de nosotros para creer en ellos mismos, para borrar estigmas y reventar los fantasmas de su pasado.

Selección Nacional, muchas gracias.

Torneo Clausura 09: Nuevas reglas.

A ver jovenazo, ¿cómo va a querer su torneo? ¿corto o largo?, ¿con liguilla o sin liguilla?, ¿con grupos o a tabla general? ¿con descenso directo o por porcentaje?
Por lo pronto, y más allá de lo que los aficionados quieran, el torneo Clausura 2009 pinta para más de lo mismo. Ya se sabe: campeonato de cuatro mesesitos a grupos, con cambios de fecha a última hora, el dichoso porcentaje y un sistema de competencia que favorece hasta al equipo más mediocre.

Vaya torneo. Y sin embargo hay dueños de equipos y comentaristas que no lo ven con malos ojo. Argumentan que en los torneos a puntos siempre ganan los mismos tres o cuatro equipos. Pero olvidan que en un torneo así cada jornada se juega con la misma intensidad con la que aquí se disputa la liguilla. Por algo la Premier League, La Liga, la Serie A y la Primera División argentina se exportan a más de 30 países.

Si nuestro torneo tuviera otro formato no sólo aumentaría el interés por cualquier partido. También elevaría el nivel de nuestro futbol y por consiguiente el de la Selección Nacional. Para demostrar lo primero seguiremos los siguientes dos torneos con un sistema de competencia alterno:

Tomaremos ambos como uno solo de 34 fechas. No hay grupos. Los equipos que terminen entre el lugar 1 y 8 de la tabla general entran a la liguilla. Del 1 al 4 califican directo a la Copa Sudamericana. Los dos últimos juegan una serie por la permanencia. El equipo Campeón juega la Concachampions. Punto.

Con un torneo así un partido entre San Luis y Jaguares podría tener tanto interés como un Pumas-América. Cuánto vas.


Cada Lunes puedes checar la tabla general con posiciones actualizadas.

24 jul 2009

México – Estados Unidos, Primera Parte.




“Guárdate esas para el partido, Güero”. Así te dicen en la liga dominical cuando en el calentamiento mandas todos los balones al ángulo. No vaya a ser que durante el juego no metas uno solo.

Los panboleros tenemos la creencia de que un buen ensayo puede terminar superando a la función principal. Pero cuando el nombre de la obra es “México-Estados Unidos” hay que sudar sangre sin importar si se trata de una cascarita con suéteres, un partido eliminatorio o como en este caso la Final de la Copa de Oro.

Ganarle a los gringos en cualquier partido, el de este domingo o el del 12 de Agosto, no nos va a devolver Texas. No va a hacer que nos tengan más respeto. Tampoco va a modificar la agenda del tema migratorio. Pero nos va a dejar una sonrisa que ni Dios padre nos quita.

Vamos por ellos.

22 jul 2009

Las Palomas de Costa Rica

El partido se presta para el albur, que no quepa ninguna duda. Aprovechando la hora feliz que muchas cantinas ofrecerán durante el juego no faltará el mala copa que encuentre la excusa perfecta para alburear al resto de la mesa: “A ver manos, “¿cómo le dicen a los pájaros en Costa Rica?” Y claro, siempre está él o la inocente (imaginemos a la secretaria medio buenona) que se pone de pechito para que le claven la respuesta.

De pechito: facilito, pan comido, sin meter las manos. Cosa que ya hablando de lo que suceda en la cancha no deberá pasarle al Tri. Hay que salir a darle con todo a los Ticos. En el buen sentido de la palabra, claro está, que aquí no somos aficionados al albur ni a las patadas. Hay que salir a darles con todo porque el capital más importante del Tri de aquí al partido del 12 de Agosto no es una Copa con forma de barquillo en las vitrinas, sino una buena dosis de confianza. Vamos con todo y que nadie diga miedo.

21 jul 2009

A falta de algo interesante, el nuevo uniforme de Cruz Azul



Qué feas son las pretemporadas. No hay partidos y a falta de ellos los periódicos llenan sus páginas con las noticias más triviales. Que si el preparador físico del Pachuca, o de los Tecos o San Luis, da igual, se lastimó la rodilla cuando estaban entrenando en la playa. Que si el Tuca se enojó porque multaron a su brother el "Chelís". Qué cosas.

Por si fuera poco no hay Mundial, Eurocopa o Copa América. Tenemos que conformarnos con la Copa Oro donde a los pobres haitianos los mandan en camión de segunda a sus partidos. De los nicaraguenses y los jamaicanos ni quién se acuerde. Así pues al no haber nada interesante que publicar nos vemos en la necesidad de escribir, por segunda ocasión en menos de tres días, sobre la presentación de un uniforme nuevo. Esta vez el de Cruz Azul.

¿Qué se puede decir de su nueva camiseta? Que es elegante, no hay duda. Que no tiene anuncios de Zapatería 3 Hermanos o las costas de Nayarit, lo cual se agradece. Que es Umbro y tiene, taraaaaaaaaaaaaan, "materiales inteligentes". Y que en su escudo lleva muchos años mostrando el mismo número de estrellas. A ver si con esta piel el equipo de la Colonia Nochebuena encuentra cómo ganar un campeonato. O al menos cómo ponerle un hasta aquí al América.

20 jul 2009

Vamos por los Ticos



Era lo normal. Porque aunque Honduras, El Salvador y Costa Rica se nos pongan respondones seguimos estando muy por encima de Haití. 4-0, caminando y con golazo incluído. Vienen los ticos que son harina de otro costal. Andan crecidos y allá en el estadio de Saprissa lucen invencibles. Por si fuera poco se enfilan hacia su tercer Mundial consecutivo sin ninguna tempestad a la vista, así que no va a ser fácil. Pero tampoco son Italia o España, así que se le puede ganar. De ser así el equipo mexicano acrecentará la confianza que tanto necesita para el duelo del 12 de Agosto. Y sobretodo nos dará un alivio en la hora más depresiva que tiene toda la semana: la final se juega el domingo por la tarde.

América flashback

Ciudad Satélite, 1985. Los partidos dominicales en los campos de Lifucsa. Simple Minds, La Unión, A-ha. Mágnum P.I., Disneylandia los miércoles de 8:00 a 9:00 y SWAT, que nunca me dejaban ver mis papás. José Ramón Fernández y Raúl Orvañanos juntos en DeporTV. Las tardeadas del Magic y la kermesse del Green Gates. Jacobo Zabludowsky, Ronald Reagan y el inicio de la Perestroika. Las paletas del Helen’s, Perisur, los juegos de Skatorama, Pac-Man.

Todos estos recuerdos salen de golpe al ver el nuevo uniforme retro del América. No soy seguidor de las águilas, de una vez lo aclaro. Pero se agradece que un equipo tan importante recupere, al menos en el diseño de la camiseta, un poco de su historia y grandeza.

Ya tiene la piel. Ahora le hace falta un par de Zagues, un Brailowsky, un Santos y dos o tres Tenas. Si no los consigue pronto ni con este uniforme tan hermoso volverá algo de su magia de los 80.


15 jul 2009

Cuidado con Haití



Una aguja en la frente para que Vela falle un remate solo frente al arco, o en el brazo izquierdo para que a Ochoa le metan el gol más idiota. Una en la panza para que Torrado o algún otro jugador pierda la cabeza. Otra más en la entrepierna para que el once titular salga al campo sin un poquito de valor. Cuidado muchecheeeeeees (en voz del “Perro” Bermúdez) porque el juego del domingo es nada menos que contra Haití, la cuna del vudú y sus muñequitos-fetiches.

Allá en Puerto Príncipe no hay muchos jugadores talentosos pero ah cómo pululan los brujos malintencionados. Habrá algunos que harían cualquier cosa con tal de ver a su equipo ganarle a México, así que averiguamos algunas formas en que los seleccionados pueden contrarrestar los efectos del vudú. Estas van desde untarse ajo crudo en la frente, conseguir un mechón de pelo de algún jugador haitiano (la página de Internet no especifica de qué parte del cuerpo), hasta cargar en la maleta tres clavos de un ataúd usado. No es broma.

La idea de Aguirre y Carrillo profanando algún cementerio resulta inverosímil. La de algún utilero mexicano oliendo a ajo, probable. La de un jugador del Tri consiguiendo el indispensable mechón de pelo de su contraparte haitiana, grotesca.

Así que mejor aquí van algunas recomendaciones que no tienen nada que ver con el Mercado de Sonora.

1- El día del partido manden de shopping al Gringo Castro y a Omar Bravo
2- No dejen que Aguirre se acerque a menos de 1km. del estadio.
3- Si los delanteros fallan toda oportunidad de gol, denle el balón a Torrado.
4- Graben en el celular de Carrillo el número de Lavolpe.
5- Si nada de lo anterior funciona, llamémosle al Santo.

La mejor anécdota del Cosmos NY, presentada por el peor torneo de la región.



Comienza la Copa de Cobre, perdón, la Copa de Oro. Y sin querer demeritar al torneo de selecciones más importantes de Concacaf no podemos dejar de preguntarnos ¿a quién diablos le interesa? En serio, más allá de los partidos de semifinal y final donde se pueden enfrentar México y Estados Unidos la Copa de Oro no da para ningún tema que valga la pena. O bueno, sí. Tal vez una anécdota que si bien no ocurrió en este torneo tuvo como protagonista al próximo rival de México: Haití.

Esta historia sucedió en Nueva York y va más o menos así.

A principios de los 70 el equipo de moda en Nueva York no eran ni los Yanquis ni los Jets. Era el Cosmos, un equipo de futbol de la extinta NASL que no le pedía nada al despilfarro del Real Madrid. En sus filas estaban Beckenbauer, Carlos Alberto, Chinaglia y el Rey Pelé. Fue tal el furor por este equipo que los estadios se llenaban de gente que no entendía el “soccer”, pero moría de ganas de ver al deportista más famoso del mundo, O Rey.

Steve Ross, Director de Warner y dueño del equipo, no desaprovechó la curiosidad que generaba el Cosmos y organizó toda clase de partidos de exhibición y torneos amistosos.

En uno de estos torneos, un cuadrangular para ser exactos, fueron invitados dos clubes de Europa Oriental y la selección nacional de Haití. El boletaje se agotó en poco tiempo. En un país que entonces tenía tan poca cultura futbolera daban lo mismo un club rumano al Manchester United y una selección Caribeña a Brasil.

Cosmos y Haití ganaron sus respectivos partidos, por lo cual debían enfrentarse en la final que se jugaría un domingo por la tarde en un pletórico Estadio de los Gigantes. Sólo que había un pequeño problema. Dos días antes, tras vencer a uno de los clubes europeos, la selección de Haití desapareció por completo. Todos: jugadores, utileros y cuerpo técnico aprovecharon su estadía en Manhattan para desertar.

Los dirigentes del Cosmos se enteraron de la noticia una mañana antes de la final. La fuga de los haitianos hubiera sido un escándalo nacional, por lo cual la ocultaron e hicieron lo imposible por encontrarlos. Cuando nada les dio resultado le pidieron ayuda a uno de los patrocinadores más importantes del equipo, un distribuidor de autos Toyota en Queens. La solución que este hombre les ofreció fue la más inteligente que hasta ese momento habían escuchado y por lo tanto la tomaron.

Al día siguiente la tarde fue esplendorosa, ideal para jugar futbol. El estadio se llenó dos horas antes del partido. En los palcos había rockstars, modelos y magnates de Warner, CBS, NBC y ABC. Y sobre la cancha once negros del Bronx que en su vida habían pateado una pelota de futbol, sudando bajo los uniformes que habían dejado los haitianos, eran goleados por el equipo más desmadroso que ha existido en la historia: el Cosmos de Nueva York.

Puedes ver esta historia contada por sus protagonistas en el extraordinario documental “Once in a Lifetime”

13 jul 2009

¿Y SI MEJOR NO VAMOS AL MUNDIAL?



La selección nacional no es la bandera de México. No es su escudo, su himno, o su cultura. Es el equipo que representa a nuestro futbol, punto.

No somos un mejor país por haberle ganado a Guadalupe, ni una república bananera por haber perdido contra El Salvador. Todo esto a pesar de las “teorías” que encuentran en el futbol causas improbables a la crisis económica, los golpes de estado y una que otra guerra.

El deporte-espectáculo, en este caso el futbol, es un fenómeno que sin duda influye en el estado de ánimo de cualquier sociedad. Pero de ahí a que tenga el poder de cambiar al mundo hay una gran diferencia. Digan lo que digan y a pesar de la inmensa cobertura que reciben muchos jugadores de futbol las ideas siguen siendo lo que nos mueve, nos sus remates de cabeza.

A partir de lo anterior podemos estar de acuerdo en que apoyar a la selección o ir contra ella no tiene nada que ver con ser un buen o mal mexicano. Nada. A pesar de lo que digan Hugo, Vergara o José Ramón Fernández.

¿A qué viene todo esto? A que pensamos que lo mejor que puede pasarle al futbol mexicano es NO IR al Mundial.

Que quede claro: ni nos gusta ver perder a la selección ni nos beneficiamos con sus derrotas. Es más, si hay algo que conviene a la salud de este blog es que el Tri vaya a Sudáfrica.

Pero al futbol de nuestro país, que al final es lo que importa, ¿qué tanto lo beneficia? ¿Para qué vamos a ir? ¿Para que la Copa del Mundo sirva como cortina de humo a toda la podredumbre del futbol nacional? ¿Para que los torneos sigan premiando al más mediocre? ¿Para que tengamos un campeón cada seis meses? ¿Para que a falta de una buena planeación en fuerzas básicas cada vez dependamos más de los jugadores naturalizados? ¿Para que cualquiera de los 18 equipos siga siendo incapaz de hilar más de 4 pases seguidos? ¿Para que Televisa y TV Azteca se endosen cada uno cerca de 50 millones de dólares? ¿Para tener que soportar al Compayito y al Tachadito y a toda la pendejez que rodea los programas de “Los Protagonistas” y “En la Jugada”? ¿Para escuchar los pseudo análisis de Brizio y Peláez así como los chistes estúpidos de los compadritos de Azteca? ¿Para que lleguemos al famoso quinto partido, si es que llegamos, y ahí digamos “chin nos tocó Alemania”? ¿Para que sigamos pensando que nuestra selección es un equipazo que siempre se equivoca de entrenador? ¿Para qué?, en serio ¿para qué?.

El no ir al Mundial no hará que el futbol mexicano toque fondo, porque ya estamos ahí desde hace tiempo. Lo que sí puede provocar es que abran los ojos todos los que no han querido darse cuenta. Tal vez eso cambie un poco las cosas. Vamos a ver.

Tu opinión:

9 jul 2009

Ni de Venus ni de Marte

POR: ALBERTO VEGA

Dicen por ahí que los hombres somos de Marte y las mujeres de Venus. No sé si somos de planetas distintos, pero de lo que sí estoy convencido es que somos muy diferentes.

Las mujeres pueden: hablar por teléfono, hacer el desayuno, contestar la llamada en espera, ir de un tema a otro, volver a la llamada anterior, depilarse las cejas, hojear una revista, servirse el desayuno, escribir en un papel lo que hace falta comprar en el súper, regresar a la llamada que dejaron en espera, pintarse las uñas, mirarse en el espejo, comerse el desayuno, contar las calorías, restarlas, sumarlas y volver a cambiar de llamada, volver a cambiar de tema, servirse café, cambiar de revista, leerla, agarrarse el pelo con una pinza, hacer la lista definitiva del súper y todo esto al mismo tiempo y sin desconcentrarse. ¡WOW! Ya me cansé de sólo escribirlas… Si tú que me estás leyendo eres hombre, supongo que también te cansaste de sólo leerlas, en cambio, si eres mujer, seguramente estás haciendo una lista de TODO lo que me faltó escribir, ¿verdad?

Los hombres apenas podemos concentrarnos en un gol, en un fuera de lugar, en un tiro de esquina, en un tiro libre directo y en una atajada del portero a la vez. Y para eso necesitamos varias repeticiones, para que nos quede claro, si no, no podemos entender bien.

Si pudiéramos hacer todo al mismo tiempo, como las mujeres, los deportes y los programas deportivos ya no tendrían su función de ser. Y es: mantenernos concentrados durante horas viendo a nuestros hermanos de género correr, patear y gritar, con el fin de que ustedes puedan hablar por teléfono y averiguar la vida de todo el mundo.

Mujeres:, ¿ahora entienden por qué los mundiales son cada cuatro años? Es por respeto a ustedes. Los siguientes años de espera nos tienen en sus manos para hacer de nosotros y con nosotros lo que quieran. Claro, después del torneo de liga, del de copa, la Sudamericana, la Libertadores, la Liga Premier, el calcio, la liga española, la liguilla, el Torneo de Apertura, el de Clausura, la UEFA, la Champions, el Mundial de Clubes, la Copa de Oro, la Copa América, la Eurocopa de naciones, la Intercontinental y los partidos para clasificar al Mundial… ¿Y todavía se quejan? El Mundial es cada cuatro años. Con “algo” nos tenemos que entretener mientras tanto.

De cómo el América dejó de ser prioridad



De niño no había otro equipo que no fuera el América. Ni el Cruz Azul, los Pumas o las Chivas lo alcanzaban. Deslumbraba, arrollaba y a veces, hay que ser honestos, robaba uno que otro partido (¿te acuerdas Joaquín Urrea?). Pero jugaba que daba gusto y por eso fue el cuadro de mis amores.

Me acuerdo de Zelada y sus suéteres azul rey, de Brailowsky y sus calcetas a media espinilla y de Hermosillo celebrando su primer gol como profesional frente al Atlas. Me acuerdo también de Zague metiendo goles a destajo y de uno de los mejores brasileños que han llegado a México: Antonio Carlos Santos. Entre todos ellos le dieron al América 5 campeonatos en cosa de 6 años.

Un buen día se me acabó el amor por el club del globo terráqueo. Me cansé de verlos tan invencibles gracias a su buen futbol y cuando no les alcanzaba, gracias a la trampa. Sus colores se volvieron bilis y sus jugadores tipo Edú nenitas.

Pero el equipo seguía siendo el América de las grandes contrataciones, de espectáculo en la cancha y jugadores que mataban antes que deshonrar la camiseta. Podías desear que perdiera todos sus partidos, como yo desde aquellos años, pero no podías verlo como un club más. Provocaba odio, sí, pero nunca indiferencia.

¿Qué le pasa ahora al América? Con tanta telenovela y tantos programas caros y estúpidos como “Bailando por un Sueño” parece que el club de Coapa dejó de ser prioridad en San Angel. Parece estar arrumbado. Olvidado. Si acaso un poquito más consentido que San Luis y Necaxa, pero hasta ahí. Hace mucho que no tiene una contratación efectiva. Hace mucho que no saca una buena camada de su cantera. Hay demasiados Mosquedas y jugadores que en dos o tres partidos se creen estrellas, y muy pocos Tenas, Blancos, Ochoas y Ortegas.

Habrá quienes se alegren de ver a las Águilas así de apagadas. Nosotros no. Sabe mejor verlo perder en el último minuto de una final que quedarse al borde de la liguilla. Por algo el gol del Tuca no se olvida.

De los miles de goles que le han encajado desde entonces, ni quien se acuerde.

PENA AJENA (México - Panamá)



Torneo regional a nivel selecciones. Tres expulsados. El entrenador del equipo a vencer tirándole un remedo de patada a un jugador rival que descolgaba por la banda. Tímida, inofensiva, pero a fin de cuentas patada. El jugador respondiendo la agresión y al ser expulsado no queriendo salir del campo. La multitud que revienta las tribunas arrojándole vasos de cerveza, botellas de plástico y cuanta mierda tengan a la mano. El entrenador del otro equipo pidiéndole a sus jugadores que se retiren del campo y se vayan a las regaderas. El árbitro consultando a sus abanderados y a una mujer fea como Elba Esther cómo destrabar una situación que jamás había enfrentado. El reloj señalando cincuenta y tantos minutos de la segunda mitad más 10 de tiempo agregado. El marcador 1-1 y el futbol bien gracias. Ese no vino. Se quedó en FoxSports donde transmitían la Recopa Sudamericana. Se quedó en una de las tantas canchas de futbol rápido que iluminan las noches del DF; en cualquier consola que tenga Fifa 2009; en un parque cuyos árboles alineados sirvan para jugar gol-para; en la mesa de futbolito de mi anterior trabajo y en las porterías de suéteres sobre el patio de una escuela.

Podemos echarle la culpa a la Concacaf, al árbitro o a los panameños, pero la falta de futbol en este juego así como sus episodios vergonzozos tuvieron más verde que otra cosa. Y es para dar pena ajena.

En el partido eliminatorio contra El Salvador la burla y el desprecio que mostramos hacia los centroamericanos fue mayúsculo. Pinches nacos, les decían, porque la afición del Cuscatlán se comportó como jauría. Típico de nuestro país: criticar con rabia lo que reconocemos cada vez que nos vemos en el espejo.

La buena noticia es que hay muchas cosas que se niegan a separarse de la selección nacional como por ejemplo la esperanza inagotable de que el siguiente partido será mejor, el apoyo incondicional de los aficionados y la obsesión por ganarle a Estados Unidos.

La mala noticia es que la descalificación del Mundial también es una de ellas.

En fin, crucemos los dedos para que contra el siguiente país la selección nos regale un partidazo. Como se llama Guadalupe tal vez se nos haga el milagro.

8 jul 2009

CR9, no te olvides del llano.



Aquí uno no está acostumbrado a ninguna clase de lujo. Se juega en una cancha pequeña donde el pasto apenas existe en las esquinas. Lo demás es un mar de lodo cada que cae un aguacero. Pero es mejor así, porque cuando no llueve el medio campo se tapiza de rocas, corcholatas que llevan siglos enterradas, tierra seca. Y duele barrerse. Duele caer. Duele ser portero y tener que atajar una, dos, tres veces la pelota que ya para el segundo tiempo empieza a perder su forma de melón y se transforma en sandía.

Por supuesto no hay vestidores. Tampoco hay baños. Hay eso sí, sobre la línea de meta, un par de pirules viejos y una maleza que esconde lo que sea. En la banda izquierda tenemos una reja, después de la reja una barranca, después de la barranca una colonia perdida, y después de la colonia perdida la nada. Si vuelas el balón olvídate de él y trae uno igual para la próxima cáscara. Cuesta más o menos $350. Jugar aquí cada fin de semana tan sólo $50.

Yo pago a tiempo la cuota pero por alguna razón siempre acabo debiendo. Y ni cómo discutir. El que lleva los números es el que tiene la llave del campo, el que carga el costal de balones y el que mete todos los goles. Parece no importarle que las redes de las porterías estén podridas o que las líneas del área chica sean tan sólo un recuerdo de temporadas pasadas. En esta cancha que pide demasiado, que te quita lo que puede, el que quiere jugar tiene que dejar algo a cambio. Y no todo es dinero. Están también los ligamentos rotos, los meniscos desgastados, los desgarres recurrentes, los autogoles, los penales al poste, los gritos de “ponte una sotana”, las madrizas colectivas, los raspones en las nalgas, los balonazos a la cara, el tabique desviado, la ausencia en la boda de un amigo, los pleitos con la novia, el consejo del doctor “ya estás grande para seguir jugando”, el de la mamá “¿otra vez andas lastimado?”, el olor a Iodex en lunes por la mañana, las vendas rasgadas, el fantasma de un gol fallado.

Parece un precio excesivo. Pero cuando tienes una tarde inspirada y sales sobre los hombros de los demás... cuando por un segundo en alguna jugada de ensueño vuelves a ser un niño que logró imitar a la perfección el pase de Platini o el gol de Maradona, te das cuenta que pagarías el cover una y otra y otra y otra y otra y otra vez.

Por eso no se puede entender la forma en la que Madrid se ha rendido a los pies de Cristiano Ronaldo. El tipo es guapo, tal vez más talentoso que Messi y acaba de ser fichado por el equipo más ganador de Europa. Vive la suma de los sueños de todos los niños de Portugal, Brasil y China juntos. Y encima cobra por jugar. Está claro que a ese nivel nadie lo hace gratis, pero llenar un estadio por ver el saludo de un delantero que cobrará más dinero del que generan muchos países africanos en 5 años no es sólo populachero sino vulgar.

¿Se acordará Ronaldo de su niñez en Madeira cuando jugaba con porterías hechas de latas y piedras? ¿Disfrutará tanto como entonces una rabona o una gambeta? Con la cantidad que va a ganar, si no se muere de felicidad más vale que nos lo haga creer. Y más vale que no tarde mucho en sacar conejos de la chistera.

En el llano del que les he platicado, donde los “Ronaldos” y “Riquelmes” no necesitan de aplausos para ser los héroes del día, lo queremos ver sudar sangre. Queremos que en cada partido nos regale al menos un milagro.

No por nada se llama Cristiano.

6 jul 2009

LECCIONES DE UN DOMINGO DE ELECCIONES

Hay partidos que no deberían existir porque abusan de la confianza de la gente, nos engañan a destajo y nos tratan sin respeto, como si fuéramos idiotas.

Mucho cuidado con esos partidos porque no nos representan, no les importas en lo más mínimo, no tienen idea de lo que quieres. Les vales madres, así de fácil.

Partidos de mierda que no sirven para nada, que no tienen ninguna propuesta y reciben todo sin dar nada a cambio. Partidos groseros, vulgares, aberrantes, cuya única finalidad es meter la mano a tu bolsillo y sacarte todo el dinero.

Dan asco. Dan vergüenza. Y sin embargo mucha gente los sigue a ojos cerrados. Les da su apoyo incondicional haciéndose de la vista gorda frente a todos sus defectos. Y así, querido lector, las cosas no pueden cambiar.

Qué tristeza que este domingo de nada hayan servido las voces que clamaron por el abstencionismo o cuando menos la prudencia. Qué pinche tristeza. Llegó la fecha establecida y la mayoría de la gente, una vez más, votó por lo mismo de siempre:

Canal 2, 18:00 hrs., México vs. Nicaragua.

Con la misma narración histérica de “El Perro” Bermúdez. Con los mismos análisis “profundos” de Trellez. Con las mismas canchas de béisbol donde a México ya se le hizo costumbre jugar de local. Con los mismos promocionales estúpidos de cara al Mundial (esta vez tenemos que soportar a las "estrellas" cantando como El Rey León). Con las mismas fallas y flaquezas de la selección. Con las mismas excusas. Y con la misma esperanza inagotable de que el siguiente partido, ahora sí, el Tri va a jugar mucho mejor.


El Engaño de Brasil



POR: SEBASTIAN CORTI

El gran engaño del Diablo es hacerle creer a la gente que no existe. El gran engaño de Brasil es hacer creer que sigue jugando el futbol del jogo bonito, la samba y la folha seca. La samba y la alegría está en las tribunas en esas morenas que las cámaras de televisión se empeñan en mostrar, cuando no hay mucho que ver en el campo de juego.

“Hoy juega Brasil, el espectáculo de futbol más grande del mundo”, gritaba Toño Rosique, el 13 de junio de 2006 en Berlín. Brasil abría su presentación en el mundial frente a Croacia. Ganó 1 a 0, con un balazo de Kaká, siendo peloteado todo el segundo tiempo.

Hagamos un poco de historia. El último Brasil Brasil jugó en México, no en el 70, en el 86. Y quedó afuera por penales en un partido increíble, en el que Joel Bats, arquero francés, jugó el mejor partido de su vida. Seguramente debe ver el tape de ese partido cuando necesita mejorar su autoestima.

Ese día se generó un parteaguas en la dirección del futbol brasileño. Llevaban 16 años jugando muy bien, sin ganar ningún mundial. Que Argentina haya ganado su segundo mundial en 8 años, le agregaba más sal a la herida.

Para el 90, contratan a Sebastiao Lazaroni, un técnico táctico, a la europea. Juegan mal y quedan fuera, en lo que fue su mejor partido, frente a Argentina.

En el 94, había que ganar sí o sí. Agarra Carlos Alberto Parreira, y en el medio pone más cemento que fútbol: Mauro Silva, Dunga y Mazinho. Bebeto y Romario, goleadores mortíferos, arriba. Van pasando de octavos a la final, ganando ajustadamente (1 a 0 a EUA, 3 a 2 a Holanda, zapatazo de Branco faltando 7 minutos y 1 a 0 a Suecia, con gol de Romario faltando diez minutos). Ahí, ganan la peor final de la historia (0 a 0 y penales a Italia).

En el 98, mucha efectividad y pocas luces. Fue el Mundial en el que una de las novias de Ronaldo robaba más tiempo de TV que la repetición de los goles. Pierden con Noruega en primera fase, le ganan con lo justo a Dinamarca en cuartos y por penales a Holanda en semis. La final, 0 – 3 abajo con Francia.

Y en lo que para mí es el mundial peor jugado de la historia, el 2002, con Scolari, algunas ayudas de los árbitros y un Ronaldo inspirado para los rebotes, salen campeones.

En el 2006, sólo tienen un partido con resultado rutilante. El 3 a 0 a Ghana en octavos de final. El único problema con ese partido es que fue arreglado de antemano. La mafia asiática de las apuestas sobornó a varios jugadores ganheses para asegurar un resultado de victoria de Brasil por 2 goles o más. (para más información lean THE FIX: SOCCER AND ORGANIZED CRIME de Declan Hill)

En resumen, ahora Brasil no es futbol espectáculo: es una máquina mortífera de ganar. Apoyado en Julio César (el mejor arquero del mundo en la actualidad, sin dudas), Lucio y Juan, en el medio de la defensa, y solistas que pueden inventar un gol de cualquier jugada rota o de balón parado: Dani Alves, Kaká, Robinho y Luis Fabiano. A todo esto, se le suma el rigor táctico de Dunga, que no permite muchas distracciones. En su último partido complicado por las eliminatorias, hace un mes en el estadio Centenario de Montevideo, le ganaron 4 a 0 a Uruguay. En el primer tiempo, en sus primeros tres ataques habían marcado tres goles.

Mirando hacia delante, Sudáfrica 2010, las casas de apuestas dan favorito a España, el nuevo lírico del futbol mundial, por 5 a 1. El efectivo Brasil, lo sigue con un momio de 6 a 1. ¿Ustedes qué opinan? Hagan sus apuestas, señores.

2 jul 2009

Los peores uniformes del futbol Mexicano

Deberían estar prohibidos por la FIFA. Deberían ameritar una tarjeta roja directa. No deberían de existir. Con ustedes los 10 uniformes más espantosos de los que tenemos memoria.

10 - Chivas 2008 (Visitante). Feo por donde se vea. Además tiene el buen tacto de usar los colores de su archirival, el América.


9 - San Luis 2008 (Local). Nadie puede ser tomado en serio con un letrero que dice Takis.


8 - Tigres 1997 (Local) Hecho especialmente para los que preguntaban "¿cómo se llama ese equipo?"


7 - Pachuca 2009 (Visitante) El saldo de algún equipo europeo vistiendo al multicampeón mexicano.


6 - Necaxa 2007 (Local) No es casualidad que con este espantoso uniforme dio inicio el declive del Necaxa.


5 - Colibríes 2004 (Local) ¿Así o más gay?



4 - Dorados de Sinaloa 2005 (Local) El jugador está pensando "¿En serio vamos a jugar con esta mamada?"



3 - Calero 2009 ¡Ahí te voy Campos!



2 - Jorge Campos 1993. Si hubiera tenido un color más sería el peor uniforme de la historia. Para la próxima Campos.


1 - Jaguares 2002 (Local) Por increíble que parezca alguna vez hubo un uniforme más feo que el de Campos y Calero juntos. Taraaaaaaaaaan....