Orfandad

Por: Marco Dávila / Editor

Algo vieron en el equipo de futbol de la UAG que los hizo darle la espalda a 17 clubes mexicanos de los que también podrían haber sido aficionados. Tal vez haya sido la posibilidad de formar parte de una hinchada minúscula donde todos se conocen por nombre y apellido, o la estabilidad emocional que prometía un cuadro del que nunca se esperaba demasiado. La cosa es que se decidieron por el único equipo de la liga mexicana que jugaba de visitante en su propio estadio y formaron una barra a la cual nombraron “Los Reprobados”.

El sábado pasado cinco egresados de dicha barra (suponiendo que haya más) se vinieron desde Guadalajara hasta el Estadio Azul para presenciar el que probablemente haya sido el penúltimo partido en la historia de Estudiantes-Tecos de la UAG. Les dio igual el que su equipo ya estuviera descendido y el boleto para plateas se cotizara en 180 pesos. Es más, ni siquiera el plan de ver el derby español en la comodidad de una casa o restaurante en su natal Zapopan les resultó más atractivo que viajar cinco horas en un camión de tercera para asistir a un partido por demás intrascendente.

¿Qué va a ser de ellos la próxima temporada, cuando los Leaño vendan la franquicia de Estudiantes al gobierno de Acapulco o algún grupo empresarial de Sonora? Van a caer en las filas de otro equipo, es un hecho. De lo que no podemos estar tan seguros es que el amor que hoy le tienen a Tecos se pueda trasladar a otra camiseta. 

Conozco chivas y cruzazulinos que no han vuelto a festejar un gol como cuando fueron hinchas del Toros Neza, pero me quedo con lo dicho por un jardinero de 80 años con quien conversé en un hotel de Morelos: “Le voy al América desde 1970, pero hasta la fecha nunca he soñado con otro equipo que no sea Zacatepec.”  

Así pues cabeza arriba, “Los Reprobados”. Héroes como ustedes serán recibidos en cualquier equipo con los brazos abiertos.