O de cómo 3 jugadores con mucho talento, quizá demasiado, han tomado caminos tan distintos. Comencemos por el Bueno.
Doce meses no son nada. Es el tiempo que toma remodelar una casa, por ejemplo, o lo que duran dos semestres de cualquier carrera. Así pues en un lapso que a cualquier arquitecto apenas y le alcanza para pasar de la obra negra a la gris, y a un estudiante para ser un poco menos infantil que cuando salió de la prepa, Javier Hernández se ha consagrado como delantero titular en el que quizá es el único equipo en el mundo capaz de vencer al Barcelona. Y que conste que el “Chicharito” nunca antes había jugado en otro club que no fuera el Guadalajara. El caso es que en tal solo un año Hernández pasó de ser un delantero efectivo de Chivas (como tantos otros antes que él- recordemos a Omar Bravo) a goleador sensación en Inglaterra.
Al Malo también le ha cambiado la vida en los últimos 12 meses. Pero qué cambio más terrible. Porque hace mucho tiempo que el Niño Torres no es ni la sombra de aquel escuincle español que se echó en la bolsa a Liverpool, ciudad que en eso de adorar héroes es exigente como pocas. En la Furia Roja también ha dejado de brillar, a no ser que ganar un Mundial desde la banca aún y cuando estaba llamado a ser la gran figura española sea algo que lo haga destapar la champaña. Hoy parece que Fernando Torres perdió la velocidad física y mental que lo hacían ver como un delantero adelantado a su época. Además ha tomado malas decisiones: dejó a los Reds, cuyo lema es You’ll never walk Alone, por una desastrosa aventura en el Chelsea. Hoy basta ver cómo sale del campo cada que lo sustituyen para darse cuenta que camina más solo que nunca.
En cuanto al Bofo, bueno, pues qué se puede decir. Que hubo algunos momentos, no muchos, en los que el tipo jugó como si estuviera poseído por el espíritu de un crack brasileño. Que si al menos en la mitad de los partidos que ha jugado como profesional hubiera estado a la mitad del nivel que mostró contra Boca Juniors en el la Libertadores del 2005, le habría alcanzado para ser un jugador de época. Que es mucho mejor llamar la atención por una jugada genial que por un número 100 rapado en la cabeza o un guante blanco tipo Michael Jackson. Que resulta muy extraño que siga en Chivas, y francamente inexplicable que Aguirre lo hubiera convocado a la selección. Que la peor decisión táctica en la historia de México en los Mundiales fue alinearlo contra Argentina. Que le han faltado kilos y kilos de huevos dentro y fuera de la cancha. Que, según él, si no está jugando es por culpa de los promotores. Y que nadie que tenga un apodo tan ñoño como el de “Bofo” puede llegar a ser un jugador de a de veras.
5 comentarios:
el Bofo no merece ser comparado a dos jugadores como Torres y Chicharooney... de echo no merece ni el haber nacido
@Anónimo estoy de acuerdo que no podemos comparar al "bofo" con este par de jugadores, bofo no está ni para compararlo con los jugadores de medio pelo de la liga mexicana, pero tuvo sus destellos allá por el 2005 donde llevo a Chivas a destacar en la Libertadores, creo que es de los pocos jugadores que ha sabido jugar este torneo que vaya que es difícil soportar las marrullerías de los sudámericanos y sino pregúntele a Boca, Colo Colo, Sao Paulo, etc.
Pobre Bofo todo el mundo se lo acaba, déjenlo en paz ya bastante tiene con tener que verse al espejo todas las mañanas. Concentremos nuestra energía en Chicharito, qué nos ha dado tantas alegrías en sus últimas apariciones tanto en con su equipo inglés que con la Selección Nacional. Viva Chicharito!!
Torres bueno ese...
Muy bien dicho mi querida Ex Fan, no debemos darle tanta importancia al Bofo. En una época menos mediática que la actual simplemente habría dejado de ser nombrado, desapareciendo del mapa futbolero. Es cierto que el tipo tiene unas condiciones técnicas increíbles, pero es evidente que cada día tiene menos ganas de jugar. Tal vez le pasa esto porque no tuvo que batallar mucho para llegar a primera. En cambio hay jugadores que enfrentaron una férrea competencia en el camino y entonces valoran lo que tienen. Esto me trae a la cabeza algo que una vez me dijo un entrenador que tuve: el jugador debe demostrar que quiere seguir siéndolo todos los días...
A Torres le dio el síndrome Nery. Se dejó seducir por muchos millones de euros. Anecdótico y muy en su contra ser el traspaso más caro en Europa. Está en un equipo que no siente, se ve desde mi televisión en Aragón. Otro jugador más que echa a perder el dinero.
Publicar un comentario