Por Damián García, colaborador.
Lucha de ¿titanes? |
En 1987, Philip Osondu fue elegido MVP del torneo U17. Sus cuatro goles
acompañaron a Nigeria a la final que perdió contra la entonces URSS. Con la
fama, le llegó un contrato del Anderlecht de Bélgica. En Europa no le fue tan
bien. Jugó algunos partidos en la U20, pero tras algunos problemas legales se
retiró del futbol sin pena ni gloria. Vendió telas africanas en el aeropuerto
de Bruselas y más tarde se convirtió en conserje en dicha terminal aérea.
En 1977, Fernando Garduño llegó a la selección U20 luego de su primera temporada en la primera división con Toluca, en la que marcó cinco goles. En Túnez, México llegó a la final que también perdió contra la Unión Soviética. Ahí Garduño marcó dos tantos y fue pieza importante de aquel primer gran logro mexicano. Luego de un par de temporadas regulares en Toluca y Atlético Español, Fernando fue al Irapuato de segunda. Logró el ascenso con los freseros pero poco después falleció en un accidente automovilístico antes de cumplir 30.
En 1977, Fernando Garduño llegó a la selección U20 luego de su primera temporada en la primera división con Toluca, en la que marcó cinco goles. En Túnez, México llegó a la final que también perdió contra la Unión Soviética. Ahí Garduño marcó dos tantos y fue pieza importante de aquel primer gran logro mexicano. Luego de un par de temporadas regulares en Toluca y Atlético Español, Fernando fue al Irapuato de segunda. Logró el ascenso con los freseros pero poco después falleció en un accidente automovilístico antes de cumplir 30.
Luego de eso, las juventudes nigerianas y mexicanas han tenido algo más
de suerte. El país africano ha sido tres veces campeón del mundo en U17
(1985, 1993, 2007), dos veces finalistas en U20 (1989, 2005) y una vez campeón
del torneo olímpico (2008). México, por su parte, ha logrado dos veces el
campeonato «infantil» (2005, 2011), tiene una final en la categoría intermedia
(1977) y también ha ganado una medalla de oro en olimpiadas (2012). Palmareses
bastante parecidos.
Con tanto talento, estos países también
se parecen en otra cosa: saben desperdiciarlo. No han logrado lo mismo en las
selecciones mayores. Desde 1994, cuando Nigeria se calificó por primera vez a
un mundial, la selección «absoluta» ha ido a todas las competencias excepto a
Alemania 2006. Un total de cuatro participaciones en las que su máximo logro ha
sido calificarse dos veces al cuarto partido. La mitad de las veces. México ha
asistido a 14 copas en su historia y ha llegado 7 veces al primer partido de la
segunda fase. La mitad, justamente.
Como sociedades son casos
distintos, aunque tienen ciertos parecidos. Países colonizados, economías
petroleras, corrupción y mucha desigualdad social. En cuanto a ligas, México
está muy por encima. Según la IFFHS en la primera década de este siglo la americana
se situó en el décimo lugar mientras la africana ocupó el número cuarenta y
cuatro. Más o menos la misma diferencia entre estos países en cuanto al
producto interno bruto, según el Banco Mundial.
Si ambas estructuras de las categorías
inferiores funcionan, a pesar, es porque se trata de culturas en las que el
principal deporte es el futbol, hay equipos populares y la población es
grande —ambas superan los 100 millones
de habitantes. El problema está en el seguimiento de los jugadores. Los que se
quedan a jugar en casa no desarrollan todo su potencial y los que se van a
ligas extranjeras dependen mucho de la suerte para alcanzarlo. Ezekiel Bala, Ever Guzmán, Femi Opabunmi o Mario
Gallegos son nombres que desaparecieron después de brillar.
Hay que recordar también un
problema especial que ha perseguido a Nigeria durante sus mundiales juveniles,
el de las edades. Muchos casos se han dado de futbolistas que realmente eran
mayores. Este año la FIFA ha dejado a dos jugadores fuera por no pasar un
examen preventivo del hueso de la muñeca. Obafemi Martins se decía de 25 y
tenía 32. Taribo West, quien jugaba hace no mucho, tenía más de 50 años y lo
reveló ya retirado. Jay-Jay Okocha siempre fue 10 años más grande que su edad
oficial. En México se ha tenido más cuidado, pero no hay que olvidar el viejo
caso de «los Cachirules».
Muchos problemas para equipos con tanto potencial. Las mismas camisetas verdes, además. Este viernes en los Emiratos
Árabes se enfrentarán dos naciones que, añado símil, llevan un águila en el escudo
nacional. Países que, a final de cuentas, enfrentarán a sus equipos juveniles
con muchos sueños y poco futuro.
4 comentarios:
El Anderlecht es de BELGICA no de Holanda.
Corregido. Gracias por el comentario.
Duh, si escribí Bruselas y repasé las capitales en mi cabeza. Gracias.
¿El Sabado que pasara con estas generaciones? Se perdió una generación en el 2005 y la del 2011 salvo unas excepciones no se sabe nada de ellos la estructura del fútbol mexicano esta haciendo las cosas bien en las menores ¿en que momento se pierden estos jóvenes? ¿Por que la mayor hace ridículos en un hexagonal final? muchas preguntas y ninguna repuesta
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