Por Damián García, colaborador.
Este es el tal Luis Gil |
Tengo que confesar que, de vez en cuando, sigo la MLS. Es un poco la curiosidad por escuchar comentaristas, más gringos que el queso amarillo, comentando soccer como si fuera futbol americano. También porque hay Chivas USA y me da gusto ver al equipo de mis amores en una posición normal, no lamentable, como uno de los peores de la liga. Además, y a pesar de todo, esta temporada el Cubo Torres lleva 7 goles en 10 partidos¹.
Entonces, por eso, sigo la MLS. En la que, debo decir, es impresionante descubrir que las mejores aficiones no son las del sur, las cercanas a México, sino las de más norte. En Seattle, para decir una, se ven familias enteras de güeros abarrotando el estadio y cantando, cantando, cantando. En fin, sigo de vez en vez la liga mayor de los EEUU.
Hace no mucho en la página oficial, la de la MLS, leí una nota que quiero compartir y que en ningún medio mexicano encontré, que decía algo así como: "México tienta a Luis Gil para acercarlo a la selección mexicana".
— ¿¡A quién!?
— A Luis Gil, el «10» de las selecciones menores de EEUU. Un muchacho de Los Ángeles con padres mexicanos. Entró al draft por vía de escuelas semi-profesionales y antes de debutar en la liga mayor jugó en divisiones inferiores. A pesar de eso ha sido referente en sub-17, sub-18 y sub-20. Ha participado en mundiales de la especialidad, por supuesto. En el último le anotó un golazo a la campeona del mundo (España - EEUU, 2013). Ya es de las figuras del Real Salt Lake en su tercer año como profesional.
Lo raro de todo esto es que estamos acostumbrados a que las cosas sean al revés. Edgar Castillo, por decir uno, tenía la doble nacionalidad y luego de jugar en nuestras inferiores hizo como que perdió el pasaporte y apareció en una convocatoria de los Estados Unidos. ¿Pero nosotros tentar a un gringo a jugar con México? ¿A uno de la MLS, además? No recuerdo un caso igual.
Carlos Bocanegra, capitán de los EEUU, hubiera sido elegible. El defensor central ha jugado dos mundiales y ha estado en varios clubes de Europa (Racing, Rangers, Fullham, entre otros) pero a nadie se le ocurrió jamás llamarlo por su ascendencia paternal en Ocotlan. De hecho, ningún jugador formado en la MLS por más mexicano que sea ha sido llamado a nuestra selección. Por otro lado, en las eliminatorias de Concacaf, es la liga americana la que más jugadores aporta al hexagonal. Muchos más que nuestra liga.
A este muchacho Gil se le ha puesto atención, se dice que a otros tres o cuatro. Pero por la nota de la MLS, este va más en serio. ¿Cómo se vería eso en México? ¿Podríamos tener un seleccionado que piense que Taco Bell es un taco? ¿Uno que a lo mejor no habla español? El gol que les dejo en video es bueno, tampoco maravilloso, pero deja ver algo de su potencial. Lo he visto en dos partidos en vivo y eso es lo que tiene, potencial. Sabe crear espacios y armar jugadas. ¿Será suficiente? ¿Él querrá?
Los naturalizados generan ruido en este país cuando llegan a la selección, sin duda. La mayoría generan desconfianza, además. Lo que pasa es que la mayoría son de nacionalidades en donde jamás competirían dentro de su selección y por las leyes mexicanas, el pasaporte les llega muy tarde en su carrera. A saber: el reciente llamado de Lucas Lobos y el anterior de Christian Jiménez llega a sus 32 años. Damián Álvarez debutó a los 34. Leandro Augusto tenía 30 cuando llegó al Tri. Matías Vuoso había cumplido 27. Lucas Ayala jugó un partido internacional hasta los 31. Guillermo Franco hizo su primera aparición a los 29. Gabriel Caballero ya había cumplido 31 cuando se puso la verde. El caso más exitoso, probablemente, fue el de Antonio Naelson que llegó con 28 años.
¿Sería mejor un gringo joven?
¿Será ese el futuro de la selección?
No tengo idea, pero quería compartirles mi asombro. Las cosas están cambiando. A lo mejor ni vamos al mundial.
¹ Cuando anota en el estadio de la chivas, suena el «Chuntaro Style», deberían saber.
Los naturalizados generan ruido en este país cuando llegan a la selección, sin duda. La mayoría generan desconfianza, además. Lo que pasa es que la mayoría son de nacionalidades en donde jamás competirían dentro de su selección y por las leyes mexicanas, el pasaporte les llega muy tarde en su carrera. A saber: el reciente llamado de Lucas Lobos y el anterior de Christian Jiménez llega a sus 32 años. Damián Álvarez debutó a los 34. Leandro Augusto tenía 30 cuando llegó al Tri. Matías Vuoso había cumplido 27. Lucas Ayala jugó un partido internacional hasta los 31. Guillermo Franco hizo su primera aparición a los 29. Gabriel Caballero ya había cumplido 31 cuando se puso la verde. El caso más exitoso, probablemente, fue el de Antonio Naelson que llegó con 28 años.
¿Sería mejor un gringo joven?
¿Será ese el futuro de la selección?
No tengo idea, pero quería compartirles mi asombro. Las cosas están cambiando. A lo mejor ni vamos al mundial.
El "Gringo Report" hace referencia a su doble nacionalidad. |
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