Por: Pol Ferrer
Por joder básicamente. O por psicología inversa.
El punto es que crecí en una familia de origen catalán por ambos lados donde el
único equipo de futbol del cual estaba permitido hablar bien era el Barcelona. El
resto de los equipos se dividían en dos: los mierderos, o sea el 99.9% de los
clubes del mundo, y Satanás, o sea Real Madrid.
Así pues tanto en mi casa como
en las de mis primos el Madrid formaba parte de un universo de cosas
prohibidas donde también vivían las drogas, la peda, tatuarse y la más
tentadora de todas: fajar con las hijas de la prima hermana de mi madre, la tía
Ana, que eran las únicas de todos nosotros que habían nacido y crecido en
Barcelona y a los 15 años ya sabían como dar una buena mamada.
El Barça, por
otro lado, era un recordatorio a la rigidez de mi familia extendida y la
añoranza absurda y exagerada que sentían por una región que mis abuelos dejaron
cuando eran niños y solo un puñado de primos y tíos conocían. Tiempo después,
cuando comencé mis estudios universitarios, también me vino a recordar la
superioridad intelectualoide que presumen ciertos sectores de la comunidad
catalana en México.
Por todo lo anterior me convertí oficialmente en hincha del
Real Madrid en la temporada 89-90, cuando rompieron todos los récords de la
Liga y Hugo Sánchez ganó la Bota de Oro.
Soy y seré Madridista a pesar de los errores de la directiva, que han sido muchos últimamente, y de los Madridistas de ocasión, que se cuentan por miles en días de Champions; a pesar de que el Barça nos tenga tomada la medida y que mucha gente lo considere el equipo más "buena onda" del planeta, cosa que por cierto me parece patética (en otra colaboración les explicaré por qué). Madridista, pues, a morir.
En mi familia todavía no me lo
perdonan, sobretodo ahora que vamos punteros en la liga y tenemos todo para
ganar una vez más la Orejona. Está de más contarles que el Sábado no estoy
invitado a comer en casa de mis padres.
3 comentarios:
La respuesta corta a tu pregunta es: "porque no superé la adolescencia"
Jeje, a huevo! Nada más chido y tentador que fajarte a tus primas segundas, eso debería estar premiado y reconocido
Jajajaja.
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