Por: Míster David Márquez
Quien alguna vez haya estado de visita en Barcelona, o al
igual que yo haya vivido un tiempo ahí, estará de acuerdo que los catalanes están
entre las personas más pedantes y majaderas de Europa (los otros son los
parisinos y madrileños, pero afortunadamente no me tocó padecerlos). A los
catalanes los tuve que soportar los dos años que duró mi maestría y a pesar de
tratarlos con amabilidad y respeto nunca obtuve de ellos un buenos días o
gracias, y sí en cambio muchos comentarios xenófobos donde me tildaban de
“Sudaca”.
Afortunadamente Barcelona es una ciudad donde una quinta
parte de la población está compuesta por extranjeros como yo. Extranjeros que
allá, lejos de nuestros países, nos hicimos de una identidad gracias a un
equipo de futbol. Me refiero al Espanyol de Barcelona- el equipo chico de la
ciudad que cada torneo lucha por no descender a la segunda división, nunca ha
sido campeón y lo que es peor, representa la unidad
española dentro de Catalunya.
El resto de la población es blaugrana. A muerte. Y cómo no
iban a serlo si desde su origen el Barça ha sido estandarte de la autonomía
catalana. Ejemplo de ello es que durante el Franquismo el único sitio donde la
gente podía desafiar la prohibición de utilizar la lengua catalana era el Nou
Camp. Por algo el lema del equipo es “Més que un club”. Club que a lo largo de
la historia ha respetado un estilo de juego y filosofía que se han traducido en
campeonatos, fanáticos a lo largo de todo el planeta, y jugadores surgidos de La Masía que hoy forman uno de los mejores equipos en la historia del futbol.
Me duele aceptar lo anterior, pero antes que Espanyolista
soy un enamorado del futbol y como tal no puedo dejar de reconocer que el juego
que por momentos despliega Barça es lo más cercano al ideal platónico del
futbol. Ver jugar al Barça es un deleite, cierto, más no por ello dejaré de
odiarlo. Así de mal me lo hicieron pasar muchos catalanes durante mi estadía en
Barcelona, por lo cual les deseo desde el fondo de mi corazón que pasen muchos
años sin ganar nada.
A no ser, claro, que sean del Espanyol.
En cuyo caso serían
todo menos catalanes.
2 comentarios:
VAYA QUE LOS CATALANES SON ANTIPÁTICOS HASTA LA MADRE, ADEMÁS DE TACAÑOS Y OJETES. AHORA EMPIEZO A PENSAR QUE TAMBIÉN SON VILLAMELONES, PUES SIGUEN ADORANDO A UN CLUB A PESAR DE LO POCO REPRESENTATIVO QUE ES, YA QUE EN EL MISMO JUEGAN MUY POCOS CATALANES Y EN CAMBIO JUEGAN MUCHOS EXTRANJEROS Y ESPAÑOLES, AQUELLOS A QUIENES TANTO ODIAN ELLOS PERO QUE HACEN SUS IDOLOS EN CASO DE QUE HAGAN GANAR A SU CHINGADERA DE EQUIPO. VAYA EJEMPLO DE DOGMATISMO FANÁTICO... MEJOR DEBERIAN APRENDER DE SU PROPIO CLUB, PUES EN VEZ DE RACISTA Y XENÓFOBO ES INCLUYENTE Y PLURAL. TAN ES ASÍ QUE SUS MAYORES IDOLOS NO SON DE AHI (KUBALA, CRUYFF, MARADONA, ROMARIO, STOIKOV, MESSI, INIESTA, ETC.)
amigo mio tienes toda la razon la vida es asi de injusta , pero no podran nunca quitarse de en medio al espanyol al contrario muy a pesar de ellos poco a poco cada vez hay mas españolistas esa mosca cojonera que es el espanyol cada vez es mas grande un saludo
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