Por: Christian Pescador Vilches
Hay muchas razones para escoger a un equipo: puedes seguir la tradición familiar, apoyar al equipo de la ciudad, o incluso enamorarte del equipo de moda. Considero que todas son válidas, pero algunas veces escoges a tu equipo solamente por que sientes una conexión total con él.
En mi familia se apoya al Cruz Azul y a Chivas, nací y he vivido 21 años en León, y cuando decidí adoptar los colores azul y dorado, Pumas distaba mucho de ser el equipo más ganador del momento. Pero cuando veía los partidos, el ver el puma en la playera de los jugadores me cautivaba, no entendía por qué.
Aunque sí tenía una razón para ver los partidos de éste equipo, pues mi jugador favorito jugaba con ellos, a mi parecer el mejor portero de México: Jorge Campos. Ver jugar al Brody era impresionante, con su estilo tan afín a lo que representa el equipo de la UNAM. Siempre tratando de dar un espectáculo digno para sus aficionados, que se merecen el mejor de todos.
Observando los partidos por televisión, el espectáculo no se quedaba sólo en la cancha, sino que trascendía hasta las tribunas. Escuchar los cánticos apoyando a los felinos era increíble, incluso cuando el equipo perdía o cuando era visitante, la afición nunca los abandonaba. Yo deseaba ser parte de eso.
Es un sentimiento de conexión entre la afición y el equipo, que una vez que comienzas a apoyarlos no puedes dejar de hacerlo. Cuando apoyo a Pumas sé que no soy parte de la afición más grande en número, ni que mi familia me apoyara al ver sus partidos, mucho menos veré a las personas en mi ciudad salir a festejar el campeonato obtenido en CU, pero dentro de mí yo sé que es un sentimiento real que se lleva en el alma.
No puedo decir una razón lógica o que suene razonable para los demás, pero yo escogí a este equipo sencillamente porque para mí no había otras alternativas. Los otros equipos no existían en mi radar, sólo había una playera en mi cabeza. Fue esa conexión que se da con el primer vistazo, con el primer grito de gol que das solo en tu sala mientras te ven extraño.
Para irle a los Pumas no se necesitan razones normales o lógicas, solo se tiene que sentir dentro de cada uno para saber que es el equipo al que perteneces. Uno ya no es aficionado al equipo, sino que termina formando parte del equipo mismo.
Ahora yo ya no digo: “Le voy al Pumas”. Cuando me preguntan a qué equipo apoyo, yo contesto: “Yo soy Puma”.
2 comentarios:
Goya, Goya, Universidad!!!
Sigue apoyando a tus pumas
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