Las vitrinas de la memoria guardan trofeos muy diferentes a los que se exhiben en las de cualquier club- una jugada que no culminó en gol, como la de Pelé contra Uruguay en el 70; una atajada improbable; un túnel; una chilena; un portero anotando un gol de cabeza; un equipo que juega como si fuera del Playstation.
Por eso el primer Atlas de Lavolpe sigue provocando suspiros, mientras que del Santos o Morelia que fueron campeones por esa misma época hoy ya nadie se acuerda.
Con los holandeses pasa algo similar. Perdieron dos finales consecutivas pero su impacto en la década de los 70 fue mayor que los pantalones acampanados y las patillas. Otro caso parecido es el del Arsenal que si bien no ha ganado nada en los últimos 7 años, dentro de 10 será más añorado que el Chelsea de Ancelotti o el ManU post Ronaldo.
¿Más ejemplos? Camerún en el Mundial de Italia, Colombia a principios de los 90 y el equipo gracias al cual hoy ya nadie recuerda al Necaxa bicampeón de García Aspe- el insólito y bien amado Toros Neza.
Tal parece que el ojo humano tiene más capacidad para retener una jugada de fantasía que la vuelta olímpica de un equipo timorato. De ser así toda Catalunya puede dormir en paz- dentro de muchos años, cuando a alguien le pregunten qué equipo ganó esta Champions, lo más probable es que conteste sin dudarlo:
“Por supuesto, el Barça”.
“Por supuesto, el Barça”.
4 comentarios:
Todo se ha perdido, menos el honor.
Sólo el fut emocionante vive en la memoria. Muérdete un güevo Tolo Gallego.
Puede ser verdad que en unos años lo preguntes y te contesten eso, pero hoy se encuentran muy ardidos y extremadamente sensibles los habitantes de BCN. Sin embargo si, a veces solemos guardar memorias equivocadas, aunque para un aficionado, mucho más preciadas que cualquier metal.
Gratitud por el consuelo de este post.
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