20 nov 2009
Bendito México
Cómo México no hay dos. ¿En qué otro país pueden suceder, casi al unísono, la conferencia de prensa de un tipo que al mediodía secuestró un avión comercial y de paso creo un nuevo tipo de terrorista: el pastor-secuestrador, con las anécdotas previas al partido de México narradas por un viejo carcamán como el Ché Ventura? Sólo aquí. No tengo nada contra el Ché, ojo. Y tampoco contra el individuo que tuvo el mal tino de escuchar a Dios justo en el momento en que el avión procedente de Cancún iba a la mitad del cielo. Es sólo que cuando lo blanco y lo negro deberían permanecer separados, nuestro país se convierte en un infinito mantel de hilos grises. Como el cielo el día de ayer. Parecía que ni con toda la suerte del mundo podríamos llegar al Estadio Azteca antes del silbatazo inicial. Pero estamos en México, insisto, y somos hijos del gris en todas sus tonalidades, vuelvo a repetir, por lo cual llegamos al estadio en menos de una hora. Encontramos un lugar de estacionamiento dentro de un autolavado convertido en parking lot y un bicitaxi nos hizo el favor de llevarnos a los 4, dos barbajanes y un par de damitas, en sentido contrario por Avenida del Imán hasta las rejas del Azteca. La distancia recorrida no superó el kilómetro, lo juro. Aún así el morenazo con piernas de madera nos cobró 200 pesos. ¡200, no mames! En fin. Traíamos prisa por entrar al Coloso pues al ser los primeros en fugarnos del trabajo teníamos la misión de apartar lugar para los rezagados. Así que le pagamos aunque el muy cabrón nos haya dejado a un lado de los autobuses con la porra catracha. Claro que a esas alturas todo era paz y decencia con los hermanos de centroamérica. Pobres. No sabían lo que les esperaba dentro del Azteca. Primero una rechifla que ni juntando a todos los hondureños que hay en el mundo podrían replicar. Rechifla a sus jugadores, a cualquier mención a su país, a su afición acorralada en una esquina del estadio y mentadas de madre mezcladas con gritos de putos-jodidos-cholos-putos otra vez a su himno. Estábamos, como se habrá usted dado cuenta, en la zona popular. Allá desde donde apenas se puede adivinar el número de los jugadores y todos, absolutamente todos, tienen la misma cara. Es la zona menos "pipiris nice" pero eso sí, la única zona aparte de los palcos donde nadie se enteró que llovía. Abajo los que pagaron un boleto de 400 pesos, o hasta de 1000 en la reventa, escurrían agua por culpa del clima. Arriba los que pagamos 120 pesos escurríamos cerveza, quiero imaginar, u orina, que es lo más probable, por culpa del árbitro que le anuló un gol al Cuau. Estamos en el segundo tiempo, olvidé mencionar. Del primero la verdad no hay nada memorable. Honduras se encerró atrás con sus once jugadores y a poco estuvieron de poner un par de hieleras de su cuerpo médico. Querían evitar el gol a toda costa. Sabían bien que si le amarraban las manos a México durante el primer tiempo la portería catracha se encogería un par de metros al iniciar el segundo. Y así fue. Los de verde, los nuestros, Giovanni ternurita, Cuau y Guardado no veían por dónde. También jugaron Castro (dos Castros de hecho), Salcido, Osorio, Magallón, Juárez y el joven con el cual el 90% de las vírgenes colegialas de México quisieran dejar de serlo: Memo Ochoa. Malvado. Qué mal le desearíamos si no fuera un gran portero. Salvó un trayazo casi al finalizar el juego con el cual Honduras habría empatado el partido. Porque olvidé mencionarlo, México ganaba uno a cero gracias al gol que anotó el hijo pródigo de Tepito (más todavía que NEB), el inmortal y único Cuauhtémoc. "¿Ya vio mamacita?", le decía un hombre que estaba sentado atrás de mi a su septogenaria madre cuyos piececitos no dejaron de golpear mi espalda, "metió gol el Cuau y usted que no quería venir". Linda viejita la verdad. De su boca no salió una sola grosería. Ni siquiera cuando se dejaba venir el grito de PUUUUTOOOOOO cada que el portero catracho hacía un saque de meta. Pero no fue la única persona que en medio de ese mar de meados y mentadas de madre se aferró a la decencia. Casi a su lado un hombre mayor, abuelo quizá, venía con un par de niños, sus nietos tal vez, y cuando uno de ellos le preguntó "Oye, ¿qué grita la gente?", el Don no dudó en decir "Punto. Gritan Punto." ¿Se puede ser más decente que eso en un estadio de futbol? Sí señor. Usted no estuvo ahí, pero si hubiéramos compartido grada estaría de acuerdo conmigo en que las lindas señoritas que nos acompañaron a mi amigo del Perú y a un servidor se portaron a la altura. Ni una majadería, ni una palabra de desprecio. Si acaso un buuuuuuuuuuuuuuuuuuu cuando golpeaban a Cuauhtémoc. Omitiré sus nombres pues alguna excusa compleja habrán fabricado para salir de la oficina a las 4 de la tarde y no volver sino hasta hoy por la mañana. Ahora que si a usted querido lector le falta una, échele la culpa al secuestrador-pastor. Total, a como están las cosas en este país, no hay quien no se lo crea.
Por lo demás mi cyberamiga María, misma que se hace llamar misshonduras, perdió una apuesta. Si no la paga les paso su mail.
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15 comentarios:
WOW!!! EXTRAODRINARIO!!! DEBERÍAN PUBLICAR ESTO EN REFORMA Y DEJARSE DE SUS REPORTAJES MAL HECHOS>
Me encanta!!! Ahora si creo que por primera vez en la historia del Blog estoy 100% de acuerdo con todo lo que escribiste! te felicito. Aunque olvidaste mencionar a Toño de Valdés, le hubiese dado más caché a tu nota. Ahora vamos por el último partido de vuelta al Coloso de Santa Úrsula ya somos garantía de Victoria.
Pues a mí me pareció de lo peorcito que se ha publicado en QF, pero en gusto se rompen géneros (y madres...). Me laten más los análisis más objetivos y menos poéticos, y las pocas gráficas que se publican de vez en cuando (soy economista, no lo puedo evitar...).
Que buen post!!! El único que he leído completito desde mi llegada a este blog hace dos días jajaja, no en serio, bueno, muy bueno!!
Como bien dice Francisco, en gustos se rompen géneros. Por lo tanto no coincido para nada con él. Esta crónica me parece no solo una de las mejores que se han publicado en Queridos Futbolistas, sino una de las mejores que he leído últimamente. Muchos diarios que presumen de su punto de vista distinto acerca de la noticia deberian tomarla como ejemplo. Felicidades.
Estaria chido que pusieran mas fotos del estadio tomadas por los que van. Lo digo por los que vivimos en provincia o los que no pudieron asistir al partido. Pa que vergas una foto de Guardado que podemos encontrar en cualquier pinche portal. Camara!
Estaria chido que pusieran mas fotos del estadio tomadas por los que van. Lo digo por los que vivimos en provincia o los que no pudieron asistir al partido. Pa que vergas una foto de Guardado que podemos encontrar en cualquier pinche portal. Camara!
Mis condolencias para aquella selección de concacaf a la que le toque jugar el repechaje contra el quinto de conmebol (¿me están leyendo, hermanos hondureños?)... hoy por hoy sería nada menos que contra Argentina. Muy devaluada y todo, pero que en la repesca tendrán unas ganas incontenibles de revaluarse. No exagero si digo que en ello les va la vida, o al menos se van a comportar como si tal importante circunstancia estuviera sucediendo efectivamente. Lo mismo puede decirse de los demás contendientes de aquella zona. Por si fuera poco, el partido de vuelta se jugará en el cono sur. En fin, ojalá que el próximo pastor iluminado secuestre un avión repleto de legisladores, y que como rescate exija que nos devuelvan todo lo que nos están sangrando los muy jijos de su re tiznada.
es verdad que este tipo de textos deberian ser publicados en medios impresos, pero en lo que eso sucede:
!!!!bien por mejiko, ea!!!!
Gran nota, me encantó el retrato de las gradas. Parecía que estábamos ahí contigo sufriendo y gozando el triunfo de México en medio de insultos, meadas, viejitas hermosas y pateadoras y abuelitos ejemplares.
Gran nota, me encantó el retrato de las gradas. Parecía que estábamos ahí contigo sufriendo y gozando el triunfo de México en medio de insultos, meadas, viejitas hermosas y pateadoras y abuelitos ejemplares.
Gran nota, me encantó el retrato de las gradas. Parecía que estábamos ahí contigo sufriendo y gozando el triunfo de México en medio de insultos, meadas, viejitas hermosas y pateadoras y abuelitos ejemplares.
No pos de que le gusto a Pachy, le gustó a Pachy...
Pachy, para quien no lo sepa, es la hija de Pompín Iglesias
Primo,
Leyendo desde tierras Regiomontanas tu Blog. Me paso la direccion el Moncho.
Me parecio genial, entretenido y ATM!!.
Me reporto listo para tu siguente ciberentrega
Tu tocayo
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