Por: Paris
Flores / Editora
La “niña” tiene manejo de un dialecto inadecuado, es víctima de burlas en la escuela por preferir traer estampas de los jugadores en las libretas que florecitas y conejitos. A veces se esconde tras mostrar a los demás lo linda y femenina que es, ¡y vaya que lo es! pero a la hora de la hora, le cambia del canal infantil al canal de deportes para disfrutar de este bello deporte. El futbol.
No quiero
aburrirlos con la típica historia de que las mujeres somos rechazadas o mal
vistas por la sociedad si nos convertimos en aficionadas apasionadas a un
equipo de futbol, solo quiero exponer un punto de vista real de lo que vive una
mujer que ha elegido al futbol como gusto.
Mi primer
recuerdo es sentada frente al televisor escuchando los insultos de mi papá
hacia los jugadores, y créanme no importaba si eran los de su equipos, el
gritaba dando la mejor opción para que el jugador lograra el gol, y es que
siendo él futbolista tenía que ser lo suficientemente exigente. Su tono era el
mismo que el del actual Tuca Ferreti, en momentos mucho coraje que lo hacían
pararse del asiento y hacer rabietas como cualquier niño berrinchudo, en otros
momentos se mostraba tranquilo llevándose las manos a la boca acomodando el
bigote mientras que su mirada decía “tranquilo, vamos ganando”.
Recuerdo
también la bandera que ondeaba en la azotea, y la colección de gorras que
colgaban todas de un trofeo de primer lugar que hasta la fecha es el perchero
más bonito de su casa.
El
desarrollo del gusto fue alimentado por mi familia, siempre han sido muy
futboleros, cada fin de semana íbamos a las canchas a apoyar al “Social”.
No faltaba
nadie en el equipo, estaba el tragedias; que cada fin de semana traía un golpe
diferente, estaba el potro; al cual se le daba eso de las corridas largas,
también estaba el “no cacho una” y el goleador.
Siempre me
costó trabajo entablar conversaciones “futboleras” con hombres, no creían en la
idea de que yo supiera de jugadores, de jugadas, de DT's, de estrategias, y
hubo un tiempo que en definitiva opte por mejor ocultar mi gusto. Lo sé,
lo sé hice mal, pretendiendo tener en secreto un gusto que debía gritar.
Que ¿Por qué
titule a este artículo “El pecado de la mujer”? pues bien, el pecado de la
mujer es saberse envuelta en un territorio que a través de los años ha sido de
hombres y no desarrollarse en este territorio de manera normal, el pecado de la
mujer es no adoptarlo como un gusto normal; apasionándose en momentos de manera
degradante tal vez haciéndolo solo “por
quedar bien” o “por llamar la atención”, el pecado de la mujer es encontrar más
valor en las cosas superficiales de la vida como ver una novela o como asistir
a un concierto de Luis Miguel porque eso es lo que “debe” hacer una mujer, el
mismo pecado que lleva a la mujer volverse competidora del futbol por la
atención de su pareja, el pecado de cumplir con el ideal de sociedad y venderse
a través de su imagen para poder entrar al ámbito deportivo. Y este pecado es
también el poco apoyo que tienen las selecciones femeniles, convirtiéndose tal
vez hasta en una pérdida de tiempo cundo lo practicas profesionalmente.
Se presenta
a ustedes: Editora, Paris Flores.
…una mujer, que aprecia la grandeza de un deporte como el futbol...es una gran mujer...
1 comentario:
Por favor cásate conmigo
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