8 ago 2012

Qué hacer en caso de ORO




El día que México le ganó a Japón en las semifinales del torneo olímpico, un amigo que tiene más o menos mi edad me preguntó:

¿Qué vamos a hacer si México gana la final?

Su pregunta no pretendía ponerle fecha y hora a una borrachera en el Ángel, sino más bien resolver un dilema que cualquier persona nacida a principios de los años 70 podrá entender.

Vamos por partes.

Pertenezco a una generación para la cual lo normal, lo común, era ver perder a la selección mexicana en cualquier torneo y en todas sus categorías. Me acuerdo vagamente de las golizas en Argentina 78, así como del Premundial de Honduras que nos dejó fuera de España 82. También del linchamiento que casi sufre la selección juvenil en el Azteca cuando quedaron eliminados tras perder contra Escocia en 1983.

De todo lo que vino después, o sea los penales contra Alemania en 86, el infame caso de los “cachirules”, la primer derrota importante contra Estados Unidos en la semifinal de la Copa Oro 91, los cambios que Mejía Barón no hizo en el 94, el gol que Luis Hernández le perdonó a los alemanes en 98 y la humillación de los gabachos en 2002, guardo recuerdos tan nítidos que parecen grabados en HD.

Está claro, pues, que en mi generación (así como en algunas más arriba) crecimos acostumbrados a la derrota. Tanto así que cuando el futbol mexicano cosechó su primer gran éxito en el Mundial Sub 17 de Perú, la primer reacción que tuvimos fue cuestionarlo.

De entonces a la fecha hemos cambiado muy poco. Puedes constatarlo en cualquier mesa de treintañeros y cuarentones que estén viendo un partido de la selección mexicana, o en programas deportivos conducidos por periodistas canosos y amargados (Joserra, presente). Nos sentimos como en nuestra casa cuando la selección pierde, pero no tenemos ni puta idea de cómo reaccionar cuando llega la victoria... y si ésta viene en forma de medalla de oro, peor.

Vuelvo entonces a mi amigo.

¿Qué vamos a hacer si México gana la final?

Lo que sea menos atribuir el triunfo a que Brasil jugó confiado, Neymar anduvo poco fino o el torneo olímpico lo ha ganado hasta Nigeria. Y agradecer que aquellos triunfos del Tri con los que siempre soñamos de niños, están llegando un poco tarde, sí, pero están llegando al fin. 

6 comentarios:

Moscardeta dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Moscardeta dijo...

Vengo de una generación igual y cuando hablo de que esta es una selección más ganadora me tiran de loco pero es que al Tri le falta un paso; convencer a su gente de que allá afuera, haciendo un juego normal, sólo hay 4 o 5 selecciones que nos ganan.

El mayor problema es que en el momento de mayor exposición (el mundial) nos ha tocado dos veces, una de esas selecciones de las que hablaba: Argentina.

Si no fuera por ellos ya se hubiera dado el salto a cuartos, arañando las semifinales.

Así que a México le toca apechugar, mantener el nivel y aprovechar las Copas Américas que vienen frente, para terminar de convencer a la afición en Brasil 2014.

Moscardeta dijo...

Por cierto, Brasil es otra de esas selecciones que pueden ganarnos haciendo un juego normal, pero para su mala suerte casi siempre que México los enfrenta lo hace con un partido espectacular. Ojalá sea el caso el sábado.

Fan dijo...

Muy buena la entrada de hoy! No sabremos que hacer, seguramente terminaríamos pedos si el partido fuera mas tarde, sin embargo a las 8:30???? Gracias a esos jòvenes el futuro del futbol mexicano puede ser muy brillante en Brasil! Saludos al guapete que dirige este blog!

relboy dijo...

¿Qué vamos a hacer? Ojalá: acostumbrarnos a ganar en conjunto. Criticar duro pero no para ser el "listillo" de la mesa sino para proponer cosas realistas. Buena suerte TRI, dales con todo.

Rafael dijo...

Yo tenía 10 años en el 78 y todavía me acuerdo de los titulares de los periódicos de la tarde del primer día, pronosticando la goliza que necesitábamos recetarle a Túnez para luego de la derrota con Alemania todavía pasar empatándole mínimo a Polonia. Qué tiempos aquellos. Que bueno que los mexicanos jóvenes lo ven diferente. Porque aunque no se gane el oro, de todos modos ver una final olímpica como la de mañana ya es un sentimiento raro.