Por: Alejandro Hernández Yáñez
Vivir en una colonia popular como Santa María la
Ribera por tantos años, tiene sus recompensas. Al menos lo ve así Don Leonardo
Zúñiga, quien a sus 91 años de edad puede presumir de haber conocido en la
adolescencia a Horacio Casarín, el primer gran ídolo del futbol mexicano con
quien inclusive jugó futbol en la calle.
Don Leo, a pesar de su edad, logra recordar con detalle
cada momento de su existencia. De primera vista podía darme cuenta de su
avanzada edad: lentes de armazón café, cuya graduación daba mayor volumen a sus
cristalinos ojos negros. Cuerpo encorvado y lento caminar, estragos que el
tiempo ha hecho en su físico que alguna vez albergó a un notable mediocampista
de la selección de futbol soccer del Instituto Politécnico Nacional. Ahora
reposa la vida que ha llevado, sentado a los pies de la cama, frente al
televisor que le entretiene en sus momentos de soledad.
Es la tarde de un martes frío y nublado. Nubes
grises cuya sola presencia presagia la caída de pequeñas gotas de lluvia.
Termino de comer y opto por visitar a mi nuevo amigo, a quien conocí inesperadamente
en la azotea del edificio-vecindad del cual es encargada mi tía.
El Deportivo Guadalajara representa su catedral en cuanto a preferencia
deportiva. Sin embargo, (como buen macho) también tiene su capillita: El Atlante. Del equipo azulgrana cuenta muchas
anécdotas. Aunque la que más destaca es sobre la vida y técnica de Horacio Casarín.
“Era muy raro ver a un delantero que bajara por el balón como Horacio Casarín. No
estaba quieto en su lugar. Cuando estaban dominando a su equipo, bajaba por
balones o a defender. Muchas veces lograba recuperarlos y subía con ellos
peleándolos. Él no estaba de punta de lanza clásico.”
Tarde o temprano sale a relucir su primer contacto
con el ídolo de multitudes que, lejos de la fama, popularidad y reconocimiento
deportivo, albergaba a un ser humano humilde, sencillo, que gozaba de hacer lo
que le gustaba: jugar futbol a nivel profesional o como recreación.
“Fíjate, yo a Horacio Casarín lo conocí porque se
hizo novio de una chamaca que estaba conmigo en tercero de secundaria. Se llama
María Elena Quinn. La conoció en la privada donde jugábamos continuamente
futbol. Cuando llegaba a visitarla, después le pedíamos que jugara con
nosotros. Y ahí se quedaba a echar la cáscara
con los chavos. Iba al cine o a bailar con María Elena y después ya no iba por
estar con nosotros. En ese entonces, yo tenía 15 años. ¡Imagínate si no es algo
inolvidable para mí!”
Casarín no jugaba solo. Era un hombre que podía
juntar los dos amores de su vida en un instante sin salir lastimado.
Refiriéndonos obviamente al futbol y a su novia, quien le hacía segunda a la hora de encarar a los escuincles de San Cosme.
“Ella lo quería mucho y le decía: bueno, yo me quedo
a jugar contigo. Voy a ponerme unos pantalones y unos zapatos. Otras veces Iban
saliendo, arreglados a bailar y se quedaban a jugar con nosotros. “Horacio, que
ya te escogimos” y él decía: “bueno, vámonos a la cascarita. Ya te enseñé chata, como das el pase de la muerte.” ¡Era a todo dar, mano!”.
Pasa el rato y es hora de partir hacia la escuela de
nuevo. Al salir del departamento, me doy cuenta que estaba charlando con un adulto que en su mirada reflejaba a un niño
de 15 años que se emocionaba no solo por hablar con su ídolo, sino jugar con él
y entablar una amistad. Un sueño que
cualquier adolescente quisiera hacer realidad.
Me doy la vuelta hacia donde está sentado y me doy
cuenta que el señor mira con nostalgia mi partida, quizás porque le hice
recordar un momento que la vida arrinconó involuntariamente. Prometo regresar,
pues he encontrado en Don Leo a alguien más que simplemente un señor con quien
platicar de futbol. Me topé con alguien que conoce la vida de arriba hacia
abajo. Contigo Zúñiga, me quito el
sombrero. Como le dirían en sus años mozos.
4 comentarios:
Excelente entrada ... para la pasión no hay edad siempre y cuando sea verdadera ...
Hermoso relato. Publiquen más así.
De lo mejor que se ha publicado en querido en meses.
oohh y yoo lo lei recien hecho y hasta mis aportaciones para corregir un desperfectoo jaja ... k Geniial Felicidades Alejandrii :)
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