iFUTBOL

Estás en un hotel desangelado en la periferia de una ciudad que no conoces, en un país donde hablan un idioma que no entiendes, compartiendo cuarto con un jugador que se tira pedos toda la noche. Pero eso no es todo. También tienes prohibido salir a turistear y visitar el bar del lobby, hacer llamadas de larga distancia o cambiarte a un mejor hotel. Para colmo la televisión tiene pocos canales y las películas porno están bloqueadas. 

Así son las concentraciones previas a un partido importante. 

Y serían todavía peores de no ser por el iPad, el iPod, el iPhone. 

En ese sentido los futbolistas de todo el mundo 

(al igual que los arquitectos, publicistas, estudiantes, médicos, artistas plásticos, ingenieros, cineastas, diseñadores, músicos, editores, biólogos, abogados, periodistas, conductores de radio, químicos moleculares, sismólogos, amas de casa, pubertos, maestros, filósofos, blogeros como su servidor, teiboleras, instructores de gimnasio, vendedores, predicadores, casabolseros, celebridades...) también están en deuda con Steve Jobs.

Aunque a decir verdad, no deben ser pocos los jugadores que no saben ni cómo usar un iPod.