¡WÁKALA!

A la lista de razones, ya de por sí interminable, que los detractores del Real Madrid tienen para odiar al club merengue se agrega una más. Sólo que ésta no es cualquier cosa, como podría serlo una nueva declaración de Mourinho acerca de su grandeza o el que Cristiano Ronaldo presentara una línea de cremas faciales. No señor. Lo que los merengues han hecho no tiene nombre y atenta contra las reglas más básicas de la civilidad. 

Qué digo reglas de civilidad… la última de los merengues es una muestra del profundo desprecio que sienten por toda persona que esté fuera del madridismo. Y es que si bien la medida de prohibir la música de Shakira en el Santiago Bernabéu es para hacerle un monumento a la dirigencia madridista (y otro a Piqué por haber propiciado el veto), el que no hayan promovido vetarla fuera del estadio en un radio que comprenda kilómetros más kilómetros menos a todo el planeta Tierra, resulta una afrenta a la humanidad. 

Así pues en un futuro no muy lejano, cuando la música ambiental de algún ascensor o supermercado esté ladrando el “Waka-Waka”, no faltará quien escupa al suelo al tiempo que piensa: Tu putísima madre, Florentino Pérez.