BUENA SUERTE CHEPO (O QUIEN QUEDE, DA IGUAL)

Tengo un conocido al que han corrido de todos los trabajos en que ha estado. Desde un McDonald’s cuando era joven hasta una compañía de seguros 20 años después. Entre las dos chambas pasó por una agencia de viajes, una distribuidora de Ford, un despacho de contadores y una aerolínea.  Lo increíble es que después de seis fracasos el tipo sigue culpando al entorno por encima de su incapacidad.  
“No es que yo sea huevón, lo que pasa es que todos mis jefes han sido unos pendejos…”
La visión simplista y falta de autocrítica de este fulano, mismas que lo condenarán al despido en cada trabajo que encuentre, se parecen mucho a la enfermedad que padece la Femexfut. Decimos enfermedad porque una vez más la Federación nos va a presentar, a modo de Mesías, al técnico Tricolor gracias al cual todos los males de antaño quedarán enterrados bajo la gloria del tan anhelado quinto partido en un Mundial. 

Así sucedió con los últimos 10 D.T’s de la Selección. Llegado el momento cada uno de ellos fue presentado como la fórmula mágica, como el “ahora sí”, como el medio centímetro que siempre nos ha hecho falta para lograr algo importante. Pero ni con la mentalidad triunfadora de Hugo, los segundos tiempos de Lapuente, la táctica de Lavolpe, el currículim de Ericksson o el empuje de Aguirre se logró algo importante. Si acaso Mejía Barón fue el único con el cual la selección mexicana estuvo a dos del cielo, pero cuando el Tri comenzó a reflejar las deficiencias estructurales del futbol mexicano también a él le pidieron que hiciera las maletas.

Y es que para los dueños del balón los malos resultados a nivel selección nunca serán producto de la forma estúpida e irresponsable con que manejan nuestro futbol. Para ellos el número de extranjeros por equipo, los torneos cortos, el mediocre sistema de competencia y la forma en que los intereses económicos dictan toda la agenda de nuestro futbol no tienen la culpa de que la selección mexicana siga siendo un "ya merito". El responsable de ello siempre será el técnico tricolor.

Así que señor Chepo (o el que quede, que viene siendo lo mismo) mucha suerte.

El Lunes usted será presentado como el técnico que el Tri siempre estuvo esperando. Compararán sus virtudes con los defectos de sus antecesores y dirán, una vez más, que con el nuevo técnico, osea usted, el Tri hará historia. Le van a meter presión para  llamar y hacer a un lado jugadores. Le van a organizar una lista de partidos de preparación contra rivales de tercera en canchas gringas donde todavía se alcanza a notar el trazo del campo de béisbol o futbol americano. Le van a exigir que deje de entrenar para grabar anuncios de fundaciones y bancos. Le van a pedir que no sea demasiado exigente con los seleccionados y que de vez en cuando les de chance de echarse una cervecita. Le van a decir a quién debe darle entrevistas y a quién vetar. Le van a rechazar cualquier gira por Europa o Sudamérica. Le van a cuestionar cualquier convocatoria. 

Y con toda esa “ayuda” tanto los dueños como los medios de comunicación le van a exigir que alcance la semifinal de la Copa América, que gane la Copa de Oro, que consiga que Giovanni y Vela se conviertan en cracks, que avance al Mundial de 2014 caminando y que una vez ahí, sin importar si nos toca enfrentar a Alemania, Brasil o España, quedemos entre lo primeros ocho del Mundo.

Fácil, ¿verdad?

Si no la llega a hacer y como a casi todos los técnicos del Tri lo invitan a salir por la puerta de servicio, no se preocupe. Habiendo huevonazos como el conocido del cual les he platicado, que son capaces de conseguir chamba luego de seis despidos, usted que sí tiene talento no se quedará mucho tiempo sin trabajo.