DE LEIPZIG A LA PORTALES

Por: Jonás

Salimos a surtir seis cartones

Intoxicados, eufóricos, borrachos.

Algunos habían dejado que la cerveza

Perdiera su virtud, alcanzaban a divisar la pendiente.

Los más, nos despeñamos sin imaginar el vacío.

Corríamos porque había tiempos extras,

Porque los argentinos no veían la bola,

Porque Guardado, un chamaco velocísimo, había dejado embarradas las piernas

En la cancha;

Porque  Maradona se veía ridículo en su rabieta,

Porque ahí estaban Oswaldo y el Kikín,

Porque el argentino dejó en la banca al otro argentino.

(Los niños no caminan, corren

Como si supieran que la vida los persigue,

Como si anticiparan que al detenerse

Los años les arrancarán lo verdadero –las únicas certezas)

Alrededor del balón

Todo el rencor que la vida nos había embarrado como mugre,

El futuro miserable, la sensación de ser mera anécdota,

Los años de dolor en la panza y las burlas que nosotros mismos pergeñamos.

Un ciclo interminable de cuatro años de impotencia:

         Porque el Vasco no pudo

                              Ni Cuauhtémoc

                     Que seguramente veía el partido con los puños cerrados…

Pero llegamos tarde

Ya estaban en la cancha Maxi y Donovan y Bierhoff y Letchkov…

Cada cuatro años

En México se bebe la cerveza más amarga

Y a los niños les poncha el balón una puta

Realidad venida del carajo.