"Por favor que no ganen. Que no hagan un buen juego. Que les metan muchos goles. Que les pongan un muro por delante. Que se los chinguen, por favor Señor. Es más, que se los cojan por atrás."
Quién sabe si Dios lo escucha. Otras veces no lo ha hecho, pero ahora que le reza con más fervor que nunca en una de esas lo tome en cuenta… además hace tiempo no toca una botella, y eso allá arriba se lo deberían valorar. Si no el "mero-mero" al menos su mamá La Morenita. Ella no juzga y siempre ayuda en el momento más oscuro- en este caso el que irremediablemente llegará dentro de cuatro horas.
La alarma está puesta a las 9 de la mañana de aquí que es una hora diferente, no tiene idea cuál, al otro lado del mundo. Lo que sí sabe es que veinte minutos más tarde se escucharán los himnos nacionales y el árbitro exhalará en su silbato el primer aliento del Mundial. Después todo puede suceder.
Que pierdan, por ejemplo, como normalmente les pasa cuando tienen todo para ganar; o que salgan en hombros cuando nadie da un peso por ellos. Ya antes lo ha visto. Por allá en el ochenta y tantos no supieron matar a un equipo alemán que a duras penas podía estar de pie sobre la cancha. También el día que los polacos, búlgaros, ¿o eran rusos?, da igual, metieron todos los penales. Y luego, cómo olvidarlo, la noche de los benditos gringos.
La alarma está puesta a las 9 de la mañana de aquí que es una hora diferente, no tiene idea cuál, al otro lado del mundo. Lo que sí sabe es que veinte minutos más tarde se escucharán los himnos nacionales y el árbitro exhalará en su silbato el primer aliento del Mundial. Después todo puede suceder.
Que pierdan, por ejemplo, como normalmente les pasa cuando tienen todo para ganar; o que salgan en hombros cuando nadie da un peso por ellos. Ya antes lo ha visto. Por allá en el ochenta y tantos no supieron matar a un equipo alemán que a duras penas podía estar de pie sobre la cancha. También el día que los polacos, búlgaros, ¿o eran rusos?, da igual, metieron todos los penales. Y luego, cómo olvidarlo, la noche de los benditos gringos.
De la que se ha salvado en todos estos años, no deja de pensar, pues si con un triste campeonato de una copa continental 50 mil personas se han reunido alrededor de su casa, no quiere imaginar lo que hubiera pasado si hace 4 años pasan sobre los gauchos. O si dentro de 240 minutos ganan el partido inaugural de Sudáfrica. No, ni lo mande Dios porque el que acabará levantando todo el tiradero, una vez más, será él. Los de la basura y la policía nunca le han ayudado pues nomás aparece la turba y se funden con ella para celebrar. Él ha visto más de una vez, en fechas menos memorables, cómo llegan uniformados y después de no hacer nada se van con confeti en la cabeza. Pinches cabrones huevones, al fin y al cabo ahí tienen a su pendejo que arregla el pasto pisado, que limpia los meados sobre las escaleras de mármol, que junta hasta 300 bolsas de basura llenas de papel picado y vuelve a prender la llama votiva cuando algún borracho la apaga. Y ni quién le de las gracias.
Mientras más se acuerda su corazón modelo 1935 late de forma peligrosa y el sueño abandona su cabeza. A lo mejor si se imagina otra cosa podrá dormir en paz.
Mientras más se acuerda su corazón modelo 1935 late de forma peligrosa y el sueño abandona su cabeza. A lo mejor si se imagina otra cosa podrá dormir en paz.
Adentro de la columna, don Ignacio cierra los ojos sobre un catre que desde hace 40 años ha sido su casa. A miles de kilómetros un jugador del Guadalajara al que tal vez Dios en un acto misericordioso ha puesto nervioso siente que le sudan las manos. Y al otro lado del mármol, donde toda la ciudad sueña con un buen resultado, una lluvia molesta cae sobre el Ángel de la Independencia.
Por: MD
6 comentarios:
Precioso relato, sublime.
Saludos.
NOOOO MAAAAMEEEEEEEESSSS> PUBLIQUEN ESTO POR FAVOR!!!!!
¿Quién es el autor de esto?
Perfecto! Por favor sigue escribiendo siempre así!
También mis briefs
El autor es el editor del blog. Se llama Marco Dávila
...te rifaste muy cabrón, me puso la piel "chinita" y eso que no soy fan del fútbol. Por azares del destino caí aquí hace tiempo y sigo regresando a disfrutar de sus narraciones.
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