POR: IGNACIO C.
Bueno, al fin la selección mexicana derrotó a la estadounidense en su territorio. La lectura del partido (y tal vez del torneo) salvo la mejor opinión de todos ustedes, podría ser algo así como esto: México jugó la Copa de Oro con su selección B, esto es, con los suplentes. Y Estados Unidos hizo más o menos lo mismo, aunque la prensa especializada anduvo diciendo por ahí que mandaron a su equipo C, es decir, jugaron con los suplentes de los suplentes cubriendo casi todos los puestos. Y les propinamos una goleada escandalosa, muy meritoria desde luego, y con un marcador que quisiéramos endilgarle a los gringos con mucha mayor frecuencia que con la que se logra. Vaya, si no mandaron a sus mejores hombres por no darle importancia a la justa, ese es problema suyo. Pero bajo las premisas mencionadas, y siempre tratando de no perder objetividad, tal vez cabría concluir que contamos con mejores suplentes que ellos. Pero falta ver qué saldo arroja el partido eliminatorio del próximo 12 de agosto.
¿Quiénes jugarán tal decisivo duelo? ¿Se impondrá la lógica, y Aguirre mostrará a esta misma base, reforzada con un par de elementos, o jugará con todos los “titulares”, que se desempeñan en Europa? ¿Saldrán siquiera a la banca los jugadores norteamericanos que resultaron derrotados este 26 de julio en la final de la copa de oro? Estas interrogantes se juntan para aderezar el partido clave en las aspiraciones mundialistas del tricolor, el “partido del morbo”, como ya se le califica.
Por todas las razones extra deportivas de sobra conocidas, en este país tenemos unas ganas inmensas de devolverle a nuestro vecino, aunque sólo sea en forma de goles, cada afrenta, cada desaire recibido, cada injusticia sufrida. Por miles de motivos hemos acumulado un añejo resentimiento contra ellos, en algunos casos justificado. Y por ello es que enfrentarlos en el rectángulo verde significa muchas más cosas que un simple partido de fútbol con algunos puntos en disputa, que afecten la clasificación en un torneo o eliminatoria. Y si es bajo una situación de presión como la que vive nuestro representativo actualmente, mucho mejor: porque salir con el triunfo contra Estados Unidos de la cancha del azteca puede significar el inicio de una franca recuperación que todos deseamos, a pesar de nuestro ya varias veces manifestado descontento por la forma en que se maneja el fútbol en México, con todos sus vicios y carencias. Así que ¿qué? ¿Otra goleada? De que se antoja, ni duda cabe.
1 comentario:
Vamos por otra goleada carajo. CON HUEVOS!!!!
Publicar un comentario