Aquí va la colaboración de un Puma de verdad. No de cada final, como los que abundan en mi chamba. Gracias Raúl.
"Mis Pumas"
POR: RAÚL MARTÍNEZ
Siempre he criticado este formato de torneos cortos que premia la mediocridad y el oportunismo, que enriquece a los dueños empobreciendo el espectáculo y que nos hace esperar durante 17 aburridas semanas para ver futbol, pero ahora, no voy a negar la emoción de ver a mi equipo levantando la copa.
En un mundo perfecto, el Pachuca sería campeón y merecidamente. Nadie jugó mejor durante la temporada, nadie metió más goles ni brindó mayor espectáculo en sus partidos. Pumas derrotó a un gran equipo y acabó por asfixiarlo, por callar a su tribuna, es campeón porque al final lo quiso más que su rival.
Tampoco voy a negar que yo era uno de los que pedía que rodara la cabeza del Tuca a media temporada, pero más que por los resultados negativos, porque no se veía entrega ni idea en los jugadores. Eso es algo que la afición de Pumas no perdona, en verdad lo digo de corazón, no importa si se gana o se pierde, pero deben dejar el alma
en la cancha, deben respetar al puma que llevan en el pecho, correr por cada balón y pelear los 90 minutos. En la liguilla nos trepamos al barco con Ferreti porque fue notorio ese cambio de mentalidad, porque hubo corazón, goles de defensas centrales en los últimos minutos, jugadores que salieron de la banca concentrados y dispuestos
a dejarlo todo en el campo.
Soy Puma, no de clóset, no de ocasión, soy Puma que sufrió ese tercer partido en Querétaro contra el América, que lloró con ese remate de penalty entre las piernas de Campos contra el Cruz Azul (de ahí que sea uno de los pocos Pumas que odia más a la máquina que al América), que gritó el “Tucazo”, Puma que sabe del dolor que da el ver cómo parten jugadores hacia equipos que pagan más, que pidió la llegada y después la salida de Hugo, que ahora se enorgullece de ver a tantos jóvenes de la Cantera en esta apuesta por mantener tan sólo a los extranjeros que vengan a aportar y ponerse la camiseta.
Seguramente, como dice Marco, habrá quienes ahora saldrán alegando que siempre le han ido a Pumas. No importa, súbanse todos al barco, cantemos un Goya.
Autor: Raúl Martínez
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