En 1994 México y Bulgaria se enfrentaron en octavos de final. El escenario: el Giant Stadium en Nueva Jersey. La selección mexicana, quizá la más completa de la historia, tuvo en un puño a los búlgaros que ya desde el segundo tiempo se echaron para atrás buscando llegar a la tanda de penales. Casi al terminar el segundo tiempo Hugo Sánchez comenzó a calentar. Parecía el sustituto perfecto para acabar con el equipo de Stoickhov. Pero inexplicablemente el entrenador Mejía Barón decidió no hacer ningún cambio. El partido llegó hasta los penales y México falló 3 de 4.
Estábamos en Central Park y no eran más de las 8 de la noche. Tomados, sí, pero desnudos como dijo el policía, para nada. Yo al menos estoy seguro que llevaba los pantalones puestos. Habíamos echado una meada en la calle pero fue mucho antes y cerca del estadio. En el parque, que yo me acuerde, no andábamos haciendo nada malo. Traíamos un buen desmadre porque la selección acababa de ganarle a Bulgaria, pero no andábamos chingando a nadie. Es más, antes de que nos detuvieran mucha gente se acercó a tomarse una foto con nosotros por aquello del penacho y las caras pintadas. Eso sí, la mayoría no tenía idea que en su país se estaba jugando el Mundial de Futbol y que cerca de aquí, en el estadio de los Gigantes, México acababa de pasar a los cuartos de final. Hasta nos preguntaban si éramos fans de los Jets porque traíamos camisas verdes. Así de aficionados al panbol son los gabachos. Ni siquiera sabían que su equipo le había ganado a Colombia. ¡A Colombia, no mames! Nosotros por menos de eso nos habríamos empinado un barril de cerveza. Imagínate entonces todo lo que nos metimos antes, durante y después del juego de México. Tequila, Vodka, Bacardí, más lo que encontramos en un Target de Nueva Jersey. Y mota. Toda la mota que pudimos esconder en el forro de una maleta traída desde DF y que ya estando aquí nos ayudó a calmar los nervios. Al menos los míos.
Yo sí creía que México le podía ganar a Bulgaria, pero sabía que no iba a ser tan fácil como en el 86. Allá los paseamos a los cabrones pero no traían nada. En cambio ahora tenían a Stoickhov y un pelón que juega que te cagas. Y vaya que estuvo duro el partido. Sobretodo en los tiempos extra cuando Hugo calentaba y Mejía Barón, el entrenador nacional, parecía no tener ganas de meterlo. Desde donde estaban nuestros asientos no nos cansamos de gritarle “¡Mételo hijo de la chingada!” “¡No seas puto pinche Mejía Barón!” Y el cabrón allá abajo obviamente ni cuenta se daba. Hugo corría de un lado a otro con unas ganas encabronadas de entrar y este guey se hacía el sueco. Y puta madre, mi pinche reloj que andaba más aprisa que nunca nos llevaba directito a los penales.
Llegó un momento donde pensé que me iba a dar algo, un infarto o una crisis nerviosa, no sé, pero algo grave. Las manos las tenía frías y me agarró una taquicardia espantosa. Tanto que le dije a mi compadre “Ahí nos vemos, yo ya no aguanto”. El me agarró del brazo y me dijo “¿Te vas justo cuando está entrando Huguito?”. Y sí, Hugo estaba ya en el borde del área pidiendo su primer pelota.
Lo demás pues usted ya lo debe saber, a no ser que también sea gabacho. El Beto centra desde la banda izquierda, Ramírez peina y Hugo remata de bolea para anotar el gol del gane a un minuto del final. La locura. Lloré como nunca. Se me salió la baba y un poco de pipí. Pero qué importa. Ganamos y ahora estamos entre los ocho mejores del mundo. Sigue Alemania que está muy difícil, y para salir de aquí tenemos que pagar una fianza de 10,000 dólares porque dicen que saqueamos un carrito de hot dogs, que nos madreamos con el dueño que era dominicano y con un par de negros, y que cuando llegó la policía nos bajamos los pantalones y les enseñamos el pito delante de toda la gente. Que digan lo que quieran, pinches gringos. Al fin y al cabo su equipo ya quedó descalificado y el nuestro, con Hugo ahí al frente, tiene la final más cerca que_______ Chale, otra vez me vomité.
4 comentarios:
Me pasó lo mismito en el '86, sólo que en lugar de Central Park fué en la macroplaza de MTY, y nos encerraron quesque por vandalizar unos puestos de cabrito. Aún con la macropeda que nos cargabamos recuerdo perfecto como en tiempo extra Aguirre remata de bolea ante el lance de un Schumacher que nada pudo hacer para detener ese rayo.
Creo que de todas las veces que México ha estado a punto de lograr algo importante, la más cercana fue en Francia 98, contra Alemania. Si Luis Hernandez no falla ese segundo gol, México capaz que llega hasta semifinales.
ah ... creo que la mayoria sino es que todos los Mexicanos aficionados al futbol ... en nuestros ratos de ocio o de meditación hemos pensado ... que habría pasado si ??? ... en mi mente está la idea .. que hubiera pasado si Kikin mete el gol cuando quedó casi solo frente al portero de Argentina en el mundial de Alemania ... o si Luis Hernández no falla el 2do gol contra Alemania ... pero en fin ... jejejeje
Hasta me dolió la cabeza de tantos escenarios posibles que pensé... A ver cuál viene ahora...
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