Ahora resulta que Aguirre está equivocado. Nuestro Mesías, nuestra esperanza, el técnico que hasta hace unos meses era elogiado por todos, hoy es objeto de crítica en muchos medios. ¿Por qué? Por haber convocado a Cuauhtémoc y dejar fuera a Oswaldo. Porque prefiere vivir en Miami y desde allá armar su selección. Porque decidió tratar a los convocados como adultos, dándoles un plan de trabajo para que entrenen por su cuenta mientras llegan a la concentración.
Antes de dirigir su primer partido Aguirre ya está siendo cuestionado. Sin embargo esto no debería sorprender a nadie. Los mexicanos, después de todo, tenemos un pasatiempo que nos apasiona más que el futbol, la nota roja y las telenovelas. Ese pasatiempo es criticar. Criticar y criticar, sin fundamento ni análisis. Criticar por criticar. Criticar y destruir. Porque nuestra crítica de lo que sea y hacia lo que sea casi siempre se enfoca en el error, real o imaginario, y muy pocas veces en la generación de ideas y acciones para remediarlo. Nuestra crítica es vacía y cancerosa. Mal argumentada y en el caso de algunos medios estúpidamente expuesta. Lo peor es que todos somos parte de ella. La practicamos en el trabajo, en la calle, en la casa. Es nuestra forma de arreglar cualquier tema, influenza o política, sociedad o futbol, en no más de un minuto. Es la manera ácida en que decimos: “no me gusta pero no sabría cómo hacerlo mejor”.
Por eso las críticas hacia Aguirre no deben extrañar a nadie. O qué, ¿ya se nos olvidó todo lo que les llovió a los técnicos nacionales desde Trelles hasta Ericksson? A unos porque no hablaban con los jugadores, a otros porque no lo hacían con la prensa. Unos más por soberbios, otros más por callados. Aquél porque juega muy ofensivo y ese otro porque juega muy atrás. Este porque es supersticioso, este otro porque a veces se pasa de copas y al de más allá porque le gusta coquetear. Al mismo Aguirre, no lo olvidemos, le dieron con tubo cuando México perdió contra Estados Unidos en el Mundial de 2002. Que porque no debió haber relizado tal o cual cambio, que porque nadie puede perder con nuestro eterno rival. Por favor, como si caer con Estados Unidos, incluso entonces, fuera novedad.
8 años después era cuestión de tiempo para que José Ramón Fernández calificara como “populista” su decisión de llamar a Cuauhtémoc y para que Ricardo Peláez expresara, de forma rebuscada y poco clara, que Aguirre no tiene conocimiento de nuestro futbol. Tranquilos, por Dios, déjenlo trabajar. Hay temas más interesantes que la convocatoria de Cuau y el Conejo. Están por ejemplo la final de la Champions, el partido de vuelta de Pumas-Puebla, el calentamiento global, la paz del mundo, la gira de Depeche, el libro de Ahumada, la fortuna de los Fox, el programa nuclear, repito nu-cle-ar iraní, la demencia de De la Madrid, la final Mérida-Xoloscuincles (¿así se escribe?) y muy pronto, en este tu blog de confianza, el concurso de las 10 futbolistas más guapas del planeta. Si se trata de criticar, nada mejor que hacerlo en un par de piernas.
2 comentarios:
Típico. A Aguirre lo estan rajando igual que a La Volpde y los otros tecnicos. ¿Hasta cuando vamos a aguantar tanto mugrero?
Futbol de cangrejos. Bien lo dijo Hugo Sánchez. Aquí en México pasas de ser Rey a ser guey en menos de lo que nos imaginamos. Además nada vende más tapas de diarios deportivos que pegarle al técnico nacional.
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