Enviado especial.
El futbol aquí es cosa seria. Si te acercas al barrio de la Boca con una camisa granate te confunden con alguien de Lanús y te caen a palos. Una azul y te dan por ser de Racing o de Velez. Una con franja roja, así sea la de Perú, y no sales vivo de “caminito”. Porque al equipo lo llevan desde que están dentro de la placenta. No hay opción de elegirlo. Naciste en una familia de bostera, te jodes, aquí te quedas. Nada de apoyar a Huracán porque ahora está de moda. Los quemeros, como les dicen, vienen de tiempo atrás y si no eres uno de ellos no eres uno de ellos.
Lo bueno es que yo no le voy a ningún equipo ni aquí ni allá, ni arriba ni abajo. Me dan lo mismo el Manchester y el Independiente, el Barcelona y el Monterrey. Odiar, lo que se dice odiar, sólo a Vergara y en ocasiones al América. No tengo colores fijos y por eso puedo ir con toda seguridad, este Jueves, a la bombonera. Mucho me han advertido sobre los peligros de adentrarme entre semana a la catedral de Boca. “Ché, allí te roban el reloj, te poden tomar por turista despistado y no salís entero”. Pero en mi muñeca izquierda no tengo más que un estambre rojo que me regaló mi mamá. Y no, no parezco gringo ni venezolano cual jugador del Deportivo Táchira.
¿Deportivo qué? Táchira señor, así se llama el equipo que el último día de este mes enfrentará a los Xeneixes por la copa Toyota, perdón, Santander Libertadores, en el estadio más caliente de Sudamérica: el mítico estadio de Boca. Todo lo que pase alrededor de la cancha lo tendrás aquí, en queridosfutbolistas. Lo que pase adentro lo puedes leer en Récord, el Esto o Reforma.
Autor: MD
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