Por: Marino Reyes
Hace un año el mundo del futbol nacional se
sorprendió con el regreso de un Club León que si bien llevaba diez años en el
ascenso, a su vuelta endulzó las canchas a lo largo del país con un fútbol
espectacular, dinámico y vertical.
El trabajo de Matosas rindió más frutos de
lo esperado, pues más que salvar la categoría logró que
un equipo atormentado por fantasmas que le impedían regresar a Primera llegara
más lejos de lo esperado. Simplemente la fe en el entrenador,
la disciplina y el pensar día a día, partido a partido, sólo dando el mejor
esfuerzo, le permitió al plantel llamar la atención de un medio nacional
acostumbrado al fútbol aburrido, y sobretodo les dio argumentos para conseguir un protector gracias al cual pudieron rebelarse ante el duopolio
televisivo.
2013 no comenzó igual que el 2012: más penas que glorias, y
más que refuerzos incorporaciones que no cuajaron, no aportaron y
terminaron saliendo entre abucheos, sin olvidar que el club quedó
en el 15° lugar de la tabla.
Pero llegó el verano y con él la nueva planeación, con
esperanzas de repetir y mejorar lo hecho en el año del ascenso; la pretemporada
trajo nuevas ilusiones, nuevos refuerzos y dos jugadores participando con la
Selección Nacional. Por otro lado la continuidad ha sido la clave, en la que se mantiene la
base que ascendió y que trascendió.
Para la Copa Mx se planea hacer uso de
canteranos (cerca de siete leoneses con menos de 20 años). La figura de Rafael
Márquez se erige omo capitán inamovible y líder; Yarbrough fue la revelación
en la portería y Luis Montes, tras ser marginado de Pachuca, ha sido convocado por De la Torre a la Selección Nacional. La llegada de Boselli es una incógnita, toda
vez que en la Serie A italiana pasó más pena que gloria. Pero buena pretemporada de los Esmeraldas ha
dejado en la afición una ilusión por conseguir la sexta estrella de la mano de quien los
regresó al lugar donde merece estar.
Así, la Fiera vuelve a rugir...
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