Con la excepción de Brasil, el eterno obligado a salir campeón en cada Copa del Mundo, casi todos los equipos se dan por bien servidos con llegar a semifinales. Y no es por conformistas, qué va. Al fin y al cabo no hay uno que no sueñe con alzar la copa. La realidad, sin embargo, es que es muy difícil ser campeón del mundo.
Se requiere, desde luego, un equipo con jugadores talentosos y un buen entrenador en el banquillo. Pero también intervienen otros factores como las decisiones arbitrales, la suerte y en el caso concreto de este Mundial, el impredecible vuelo del Jabulani (preguntémosle a Muslera). Por lo tanto quedar en tercer o cuarto lugar también está para dar la vuelta olímpica, sobretodo después de un partido como el que nos regalaron charrúas y germanos. Desde luego no se jugó con la misma intensidad que ambos mostraron en cuartos de final, o la fuerza que se espera mañana entre españoles y holandeses. Pero los dos cuadros, ya sin la presión que implica estar en la antesala de la final, salieron a divertirse y dar lo poco que les quedaba en la reserva.
Alemania, como siempre, acabó ganando y Uruguay, al igual que hace unos días, jugó mejor la última parte pero terminó perdiendo. Qué más da. Brasil está a la vuelta de la esquina y a los orientales les viene de maravilla el Maracaná. Si siguen jugando igual, en 4 años más el mundo podría volver a ser celeste…
2 comentarios:
¿Carrasco? Jajaja, no entendí.
Al parecer fue un gran partido, pese a que yo no esté de acuerdo con que se celebre un partido de este perfil.
Carrasco es un barrio de Montevideo, donde está ubicado el Aeropuerto, el nombre del mismo es Aeropuerto Internacional de Carrasco.
Todos a Carrasco... Todos al aeropuerto, a recibir a estos tipos que dejaron la piel en la cancha y representaron a toda sudamérica con su garra y su fútbol. Orgullo Celeste.
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