A QUE NO ME GUSTA (DÁTONO 1- FUTBOL 0)

Por: Dátono Pereyra

Si me permite le confieso que tengo varios vicios. El béisbol y las apuestas los puedo hacer públicos. Los otros son estrictamente privados. En caso de que usted sea una mujer soltera se los puedo revelar si me acepta una cerveza; hombres afeminados no cuentan.

Disculpe usted. Me hice la promesa de no desviarme así que déjeme seguir con mis vicios que públicos o privados son incontrolables. Como el de las apuestas, mismo que me trajo aquí en un principio y por el cual, una vez más, estaré escribiendo en este espacio dedicado a un deporte que me es tan ajeno. Porque a partir de mi colaboración anterior mi gran amigo mexicano Arturo Rincón- cuentista, poeta y experto en futbol, me lanzó una apuesta:

A que no eres capaz de escribir sobre ciertos partidos sin enamorarte del futbol, me dijo.
No lo soy, le respondí.
Y el me contestó que en los siguientes cuatro meses hay algunos que podrían enganchar hasta al más escéptico.

El primero de ellos fue justo esta semana entre el Real Madrid y un equipo francés. Para los que no lo sepan, si es que existe por ahí algún lector más ignorante que yo, en el Real Madrid juega Cristiano Ronaldo: un niño bonito que tiene más cuadros en el abdomen que un negro de Matanzas. Se supone que es un fenómeno y se suponía también que el encuentro sería una obra de arte. ¿Y qué sucedió? Nada. El tipo se pasó arreglando su peinado de mil dólares y el juego fue aburrido a morir. De no haberlo visto en una cantina del centro de la ciudad de México me habría dormido, qué duda. Lo curioso es que la gente a mi alrededor no despegaba la mirada de la pantalla como si todo el tiempo estuviera a punto de suceder algo fundamental.

Perdón por la comparación, pero en el béisbol cuando uno se fija en el juego es porque algo importante va a pasar. Si no uno se levanta para buscar una cerveza. Así es el juego de la pelota: sincero. En cambio acá qué cosa señor. Un número 8 tenía la pelota a la mitad del campo donde nada interesante puede pasar, y todos atentos como si se viniera el fin del mundo. Lo que sí me llamó la atención es que a pesar de la velocidad de los jugadores, que corren como perseguidos por un gato salvaje, sólo fueron capaces de hacer un gol. Si esto sucede en un encuentro con tanto despliegue físico no me quiero ni imaginar lo que pasa en uno más lento. Habrá que verlo con un buen libro en la mano y una almohada bajo la cabeza.

Estimado Arturo, así como está la situación me parece que vas a perder la apuesta.
A todo esto vale la pena aclarar lo que está en juego:
Una botella de JW blue Label más una caja de Cohiba. No está mal. Ya puedo ir preparando los hielos.

Aclaro que si alguien quiere apostar algo un poco más modesto, no sé, un libro tal vez (para poder ver los siguientes partidos que me impongan) con gusto lo atiendo. La única forma de comprobar si gano o pierdo es mi honestidad, que desde luego jamás estará en juego.

Saludos señoritos.
DÁTONO 1 - FUTBOL 0